Hollywood castiga a los «antipatriotas»

Jorge Parrondo LOS ÁNGELES

TELEVISIÓN

Susan Sarandon, Tim Robbins, Sean Penn y Martin Sheen, represaliados por alzar sus voces contra la guerra Los intérpretes denuncian un «clima de asalto a la libertad de expresión».

27 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Los que han alzado sus voces en los últimos tiempos en contra de la nueva doctrina de guerra preventiva instaurada por la Administración Bush no sólo están siendo acusados de antipatriotas y traidores, también están sufriendo despidos y amenazas de muerte. «Nunca he visto un clima de asalto a la libre expresión como el que se está respirando en estos momentos», ha manifestado la actriz Susan Sarandon, una de las voces más comprometidas de la escena artística estadounidense que, tras oponerse a la guerra de Irak, ha visto cómo se canceló un acto social que ella iba a presidir. El intérprete y director de cine Sean Penn fue el primero en notar las consecuencias de su abierta posición en contra de la guerra. Después de su polémica visita a Irak, efectuada meses antes del comienzo de la guerra, y tras mostrar públicamente su oposición a la invasión norteamericana, el productor Steve Bing lo reemplazó por otro actor cuando estaba apalabrado que iba a protagonizar Why Men Shouldn't Marry. Sarandon y Penn no han sido los únicos. El actor Martin Sheen ha reconocido que los responsables de la NBC, el canal televisivo que produce y emite la serie The West Wing, donde Sheen, curiosamente, da vida a un presidente demócrata, le comunicaron que se sentían «muy incómodos» con la posición que mantenía en contra de la política bélica de Bush que había provocado el envío de numerosas cartas de protesta. La política del miedo Quien se quedó sin trabajo en plena guerra fue el periodista Peter Arnett, que se encontraba en Irak realizando labores de corresponsal para un medio estadounidense y fue acusado de traidor por criticar la invasión en una entrevista concedidad a la televisión de aquel país. Y también ha sido despedido Ed Gernon, productor ejecutivo de CBS y responsable de la película Hitler: The Rise of Fear, por comparar en una entrevista el clima de miedo en la Alemania de la ascensión del nazismo con el que vive América después del 11-S. «El miedo permite que los ciudadanos entreguen al poder muchas de sus libertades y que apoyen guerras preventivas», dijo Gernon, que recordó cómo Joseph Goebbels, jefe de propaganda de Hitler, sostenía que lo único que hacía falta para lograr que el pueblo apoye un conflicto bélico es acusar a los pacifistas de falta de patriotismo y exagerar el riesgo de amenaza a la seguridad nacional. Y es que, en su opinión, eso es lo que ha hecho el Gobierno americano en los últimos tiempos para vender a sus ciudadanos la necesidad de la guerra de Irak. Músicos silenciados El mundo de la música tampoco permanece ajeno a esta ola de presiones y represalias. El grupo Dixie Chicks ha visto cómo las ventas de sus discos se han reducido, las emisoras de radio han dejado de poner sus canciones y han llegado a recibir amenazas de muerte. El público que consume música country, compuesto en su mayoría por vecinos de la América profunda, se ha encargado de ejercer una especie de censura popular. Hace unos días, otro cantante del género, Brett Butler, pidió en una entrega de premios «perdonar» a las Dixie Chicks, pero la patriótica audiencia abucheó esa sugerencia.