Fallece a los 88 años Rosario Conde, primera mujer de Camilo José Cela

Tomás García Yebra MADRID

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ÓSCAR PIPKIN

Rescató de las llamas del fuego de una chimenea el manuscrito de «La colmena» El abogado de su hijo reclamará el dinero de la pensión que no llegó a percibir la viuda.

03 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Rosario Conde Picavea, primera esposa de Camilo José Cela, falleció en la noche del domingo mientras dormía, según informaron fuentes familiares. Rosario Conde, de 88 años, residía en Palma de Mallorca y «no padecía ninguna enfermedad», según manifestó su único hijo, Camilo José Cela Conde. El funeral se celebrará mañana en la iglesia de San Francisco de la capital balear, y a continuación tendrá lugar el entierro. Se espera la asistencia de numerosas autoridades. La que fuera primera mujer del premio Nobel durante más de cuarenta años, contrajo matrimonio con el escritor el 12 de marzo de 1944. Dos años después nació su primer y único hijo, Camilo José Cela Conde, un niño que creció cerca de la madre y a cierta distancia del padre. A pesar de su abnegada labor de anónima empleada (le pasaba a máquina -varias veces- los manuscritos que escribía), la convivencia de Rosario Conde con su marido no fue fácil. Y, con el paso de años, se fue enrareciendo. Cela tuvo sus aventuras, y ella, al menos, tuvo una que dio a conocer a los medios de comunicación: su idilio con el escritor José Manuel Caballero Bonald. Lo reveló por despecho, cuando estaba en pleno apogeo la relación de Cela con Marina Castaño. Un arrebato Una de sus grandes hazañas fue rescatar del fuego de la chimenea el manuscrito de La colmena . En uno de sus feroces arrebatos, Cela cogió el manuscrito y lo arrojó a las llamas. «¡A la mierda!». Su mujer -como ha recordado Cela Conde en varias ocasiones- se levantó de la butaca y lo rescató con el atizador. Tras su matrimonio con Marina Castaño, en 1991, Cela se comprometió a pasar a su ex esposa una mensualidad de 800.000 pesetas, compromiso que nunca cumplió. Durante los primeros meses le entregó 300.000 pesetas. Luego rebajó la cifra a 100.000. Rosario Conde reclamó en el Juzgado de Familia de Madrid, pero Cela no se dio por enterado. Le embargaron todos los derechos de autor de sus obras. Ni así. Cela y Marina Castaño solicitaron asesoramiento fiscal y organizaron una tupida red de sociedades interpuestas con el fin de blindar su patrimonio literario. Ahora, con la muerte de Rosario Conde, el abogado del hijo, Miquel Capellá, reclamará para su cliente el dinero no percibido por su madre, que asciende a varios miles de euros. Hace unos días el equipo abogados de Marina Castaño, capitaneados por Jorge Trías Sagnier, se reunió con Miquel Capellá y sus asesores. Fue una primera toma de contacto para ponerse de acuerdo, pues, como dicta el sentido común, el peor de los acuerdos es siempre mejor que un pleito interminable. Este último podría resultar costosísimo para ambas partes. Según manifestó a la revista Tiempo el abogado y experto en herencias Alberto Sáenz de Santa María, Cela Conde no es el heredero de Cela (así lo dispuso el Nobel en su testamento, despachándole con un cuadro de Miró), pero sí su legitimario, lo cual le da derecho a reclamar las dos terceras partes de todos los bienes que integran la herencia. «Su posición como legitimario está amparada plenamente por el Derecho, y éste impide que la herencia pueda ejecutarse sin contar con él», afirma Sáenz de Santa María. «En el hipotético caso de que Camilo José Cela hubiera entregado sumas importantes de dinero a Marina Castaño (perjudicando la parte legítima que le corresponde al hijo), estos deben colacionarse, es decir descontarse de la parte que le corresponde a la viuda», sostiene este experto.