«Harry Potter» se estrena en Rusia entre acusaciones de brujería y satanismo

Jesús Colmenares MOSCÚ

TELEVISIÓN

La Fiscalía ha abierto una investigación a raíz de una queja de una creyente por intolerancia Periódicos y editoriales vinculan el caso a la censura a varios escritores del país eslavo

26 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

La segunda película sobre Harry Potter se estrenó ayer en Moscú en medio del escándalo causado por una demanda judicial y denuncias de una «cruzada» de la Iglesia Ortodoxa contra el niño mago por «ocultismo, brujería y satanismo». Pero los 36 cines de la capital donde se proyectó simultáneamente el filme en sesiones continuas desde las once de la mañana se vieron desbordados de espectadores. «Tenemos agotadas las localidades para casi todo el día, y sólo quedan algunos asientos para la noche», dijo una portavoz de la sala Rolán, en pleno centro. La masiva afluencia de niños y mayores se vio beneficiada por la atención que prestó la prensa al insólito caso de una investigación criminal incoada por la Fiscalía tras la queja de una creyente de la aldea de Tarusa, a cien kilómetros al sur de Moscú. «En efecto, hemos recibido una reclamación sobre el segundo libro ( Harry Potter y la cámara secreta , de la autora (J.K. Rowling), por tener presuntos elementos que incitan a la intolerancia religiosa», informó Svetlana Petrenko, portavoz de la Fiscalía. Petrenko dijo que «eso es punible según el artículo 282 del Código Penal», que castiga hasta con cinco años de cárcel a quienes inciten al odio religioso, étnico o racial. Investigación La portavoz oficial declaró que «tenemos obligación de investigar este tipo de quejas, y ya hemos empezado la investigación con una petición de información a la Cámara del Libro, y después veremos». Rustam Aiguistov, de la Cámara del Libro, dijo que la Fiscalía le había solicitado ejemplares de los cuatro volúmenes de Harry Potter y la lista de todo lo publicado por Rosman, editora que tiene los derechos de las obras de J.K. Rowling para Rusia. «Las acusaciones de satanismo son totalmente absurdas», igual que otras en el sentido de que Harry Potter «promueve la brujería y desacredita la fe ortodoxa», replicó Natalia Dolgova, jefa de prensa de Rosman. Precedente peligroso Tatiana Uspénskaya, directora de marketing de la editora, dijo que al admitir a trámite la reclamación, la Fiscalía sentó un «peligroso precedente de censura» por el Estado y aseguró que «Harry Potter corre el riesgo de iniciar una limpieza» literaria. La Iglesia Rusa Ortodoxa no se pronunció oficialmente sobre el caso, pero Mijaíl Dudkó, portavoz del Patriarcado, acusó a los libros de Harry Potter de presentar como «buenos» elementos que «en la tradición cristiana se consideran sin duda fuerzas del mal». «A los creyentes les preocupa la tergiversación de la tradición cristiana», afirmó Dudkó, aunque añadió que «personalmente no creo que haya que prohibir los libros» pese a que «perjudican la espiritualidad, sobre todo de los niños». El escándalo siguió a otros similares hace pocos meses. Al menos tres escritores, Vladímir Sorokin, Bayán Shiriánov y Víctor Pelevin, tuvieron que hacer frente este año a expedientes de la Fiscalía por denuncias de supuesta «pornografía». Pero el intento de prohibir a Harry Potter lo acogió con ironía la prensa, cuyos titulares de hoy compitieron en agudeza. «Todo esto huele a censura y recuerda los años treinta», según el diario Gazeta , que vinculó este caso con el de los escritores al llegar a la conclusión de que «la Fiscalía sigue con su interés por las obras literarias».