El octogenario ganó el Goya al mejor actor de reparto por «Así en el cielo como en la tierra» Trabajó en más de cien filmes con Welles, Cuerda y Almodóvar, entre otros cineastas.
11 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.«No voy a verme en ninguna película. Yo veo en la pantalla a un tipo que es ajeno a mí, pequeñajo, con esa cara... Estrafalario, raro. Cuando actúo, no sé lo que hago ni cómo lo hago», dijo en más de una ocasión Luis Ciges. Este secundario de lujo del cine español falleció en la madrugada del miércoles en la clínica madrileña de San Camilo, a los 81 años de edad. El paraíso ya no es lo que era, París-Tombuctú y El milagro de P. Tinto fueron, por este orden, las últimas películas que hizo Ciges, uno de los realizadores pioneros en televisión a quien la necesidad convirtió en actor. «Tenía que ganarme el cocido», recordaba el intérprete, un especialista en pequeños papeles que calaron muy hondo. Galardonado con el Goya en 1996 a la mejor interpretación de reparto por Así en el cielo como en la tierra , de José Luis Cuerda, Ciges, que siempre tenía mil y una anécdotas que contar, nació en Madrid, en 1921, e intervino en más de cien filmes a las órdenes de Orson Welles, Berlanga, Almodóvar, Bigas Luna, Trueba y Cuerda, entre otros muchos directores. Y es que, aunque empezó en el cine tarde, el hijo del político republicano Manuel Ciges Aparicio, fusilado por el ejército de Franco -hecho que le forjó un carácter difícil y una melancolía que le acompañó siempre-, tiene una extensa filmografía en la que destacan Campanadas a medianoche, Plácido, La colmena, La escopeta nacional, Matador y El bosque animado. Rodó la boda de los Reyes Ciges aterrizó en el campo de la interpretación llevado por las circunstancias, ya que su primera profesión fue la de realizador en televisión. Empezó como decorador y compartió pupitre con Summers, Martín Patino y Saura en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. Participó en las primeras transmisiones de tenis y rodó la boda de los Reyes de España. Él recordaba que fue expulsado de la televisión por rebelde: «Monté y escribí un documental que mostraba la represión de la dictadura, la pobreza y las razones de la emigración». Con una forma de interpretar muy peculiar, Ciges, que provocaba grandes risas con las frases más sencillas y más cotidianas que decía, fue recordado por el actor Fernando Fernán Gómez como un hombre «por el que teníamos una simpatía especial; era muy distinto a los actores de su época y hacia un trabajo difícil de cubrir». Por su parte, el director José Luis García Sánchez dijo que el actor «aportó al cine una tristeza inteligente y convirtió la amargura en risa, por eso muchos le han comparado con Buster Keaton».