La película Lilya 4-ever , del sueco Lukas Moodysson, se convirtió ayer en la gran ganadora de la cuadragésima edición del Festival Internacional de Cine de Gijón, al alzarse con tres de los diez premios del certamen. El filme, que narra los sueños de una adolescente en un barrio suburbano de la ex Unión Soviética, obtuvo el Premio Principado de Asturias al mejor largometraje, el premio del jurado joven y el premio a la mejor actriz para su protagonista, Oksana Akinshina. La actriz encarna a Lilya, una joven de 17 años abandonada por su madre y acompañada por su único amigo, un niño de 11 años, que sueña con una vida mejor a la que lleva en una casa de un lugar indefinido, cuya arquitectura recuerda a las afueras de San Petesburgo. La crisis social y la falta de expectativas en la juventud de los países del Este tras la caída del muro de Berlín es el eje temático del filme del joven director sueco, que ya fue la revelación del festival de Gijón hace dos años con Togheter . Iain Dilthei El jurado, presidido por el realizador español Javier Maqua, concedió el premio al mejor director al escocés Iain Dilthei, por la alemana Das Verlangen ( El ansia), una historia de amor en tono de tragedia entre la esposa de un párroco y el mecánico del pueblo. El Premio al Mejor Actor recayó en Adam Sandler, por su papel protagonista en la producción estadounidense Punch-Drunk Love , en la que interpreta a un hombre enganchado a una línea telefónica dispuesto a cualquier cosa para cambiar su vida. El director del filme, Paul Thomas Anderson, consiguió el premio al mejor guión, con un relato en el que se mezclan aspectos sicológicos de la masculinidad con elementos del género policial. El Premio Gil Parrondo a la mejor dirección artística fue para Daniel Bradford por The good girl , de Miguel Arteta, una coproducción entre Estados Unidos y Holanda. Waiting for Happines , del mauritano Abderrahmane Sissako, obtuvo el premio especial del jurado.