Después de contar con humor e ironía las andanzas infantiles de Manolito Gafotas y su familia, la escritora Elvira Lindo salta a las complejas relaciones del mundo de los adultos en Algo más inesperado que la muerte , un trabajo intenso en el que la autora habla sin disfraz de la condición humana. Sin risas, sin ironía, directa y con firmeza Elvira Lindo (Cádiz, 1962) ha tejido Algo más inesperado que la muerte, la novela, editada por Alfaguara, que marca un antes y un después en su carrera y que muestra a sus lectores por donde van sus preocupaciones: «la descripción del paisaje humano con sus miserias y sus mezquindades». Porque «esta no es una novela de santos y precisamente al querer que sean humanos, me he detenido en sus mezquindades». Tocada por el éxito desde que decidió dar vida al pequeño Manolito Gafotas y sus peripecias en el barrio madrileño de Carabanchel, al que convirtió en 1994 en personaje literario y posteriormente en personaje radiofónico y cinematográfico, Elvira Lindo obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Trapos sucios , las aventuras de este chaval que ha ido compartiendo su tiempo con las columnas chispeantes que escribe en un diario. Pero Elvira Lindo ahora ha cambiado de registro y ha volcado su larga experiencia como periodista radiofónica y guionista de televisión, además de su conocimiento y admiración por la literatura norteamericana, en esta novela que gestó durante su estancia en Nueva York, y de la que ella misma dice que es fundamental en su carrera literaria. Algo más inesperado que la muerte cuenta la historia de una mujer de 45 años, casada con un prestigioso y respetado escritor de ochenta, que está pasando una mala racha y que ve como una jornada aparentemente intranscendente cambia su vida con un hecho crucial. Elvira Lindo, que está casada con el escritor y académico Muñoz Molina, deja muy claro que Eulalia, la protagonista, no tiene nada que ver con ella.