Marina Castaño inauguró ayer en Padrón el curso de verano dedicado a la figura del Premio Nobel Por la «extensión y profundidad de su obra», Camilo José Cela encaja en la denominación de «continente y océano», título que eligió su viuda para la conferencia inaugural del VII Curso de Verano de la Fundación de Iria Flavia, que comenzó ayer. Profesores de diez universidades americanas ofrecerán durante esta semana varias perspectivas de la relación entre el autor y América. Marina Castaño adelantó que la Fundación retormará la labor de Carlos Casares para publicar un libro sobre la galleguidad de Cela.
08 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.La séptima edición del curso de verano de la Fundación Cela comenzó ayer en Padrón con la presencia de la presidenta del Patronato, Marina Castaño, además de la directora Ana Cela Trulock, que sustituye al recién fallecido Carlos Casares. Las sesiones se celebran en el nuevo paraninfo de la institución, donde la marquesa viuda de Iria Flavia pronunció ayer la primera conferencia de la semana. Marina Castaño eligió unas declaraciones de José María Aznar para comenzar a hablar de la grandeza del Premio Nobel gallego. De él dijo que siempre fue a la vanguardia, que contribuyó a dar a la profesión de escritor un «renombre» vedado antaño, además de reconocerle sus méritos. Habló de su «acusado don de entender y amar la cultura del pueblo», de su capacidad para relacionarse con artistas y saber plasmarlo en su obra. No olvidó el «valor intelectual y literario» que le llevó a tener un profundo conocimiento de la sociedad, a detectar sus males y plantear posibles remedios. Tras su intervención, Marina Castaño comentó que la Fundación preparó con mucha ilusión este curso y puso especial interés en traer «a lo mejor de la cultura internacional», en concreto a diez profesores de universidades americanas que concedieron a Cela el título de Doctor Honoris Causa. La presidenta de la Fundación explicó que ésta continuará la labor iniciada por Carlos Casares para publicar un libro sobre la galleguidad de Cela, manifestada a través de la revista Papeles de Sor Armadans . Desveló, asimismo, los planes inmediatos de la Fundación, que definió como «algo vivo» pero que todavía necesita más vida para estar en «permanente movimiento». Así, habló de que de cara al próximo año habrá más cursos que el de verano, además de conferencias y recitales. Marina Castaño eludió hablar sobre la herencia de Cela, de modo que se limitó a decir que «mi marido dejó en herencia» la Fundación «a la cultura española». Y «lo regaló en lugar de venderlo». La primera jornada también contó con la participación del escritor peruano Bryce Echenique, para quien existe un «antes y un después» de Cela.