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EDUARDO GALÁN LA RUTA DE LAS ESTRELLAS

18 abr 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

«Cuando era niño, mi hermano mayor me asustaba con la serie de televisión The outer limits. Ahí empezó mi degeneración mental. Una noche quería mear pero no me atrevía a salir de la cama porque veía dedos en la alfombra. Entonces les dije a los monstruos de mi habitación que si me permitían bajar sería su amigo para siempre. Ya no se han ido nunca». Así explicaba Guillermo del Toro su relación con los monstruos y fantasmas que pueblan su todavía breve pero intensa obra. Para hablar de ella habría que añadir la fascinación por los insectos, la deformidad humana, los fluidos corporales desbordantes, una atmósfera gótica y claustrofóbica y un claro simbolismo de la putrefacción social, de la que los seres horribles de sus películas son reflejo. Cronos es una puesta al día del tema vampírico y de la inmortalidad, escondida por un alquimista del siglo XVI en un ingenio mecánico que tiene por corazón un palpitante y milenario insecto. El señor Gris, un anticuario interpretado por Federico Luppi, es todo angustia en su kafkiana búsqueda del Cronos. La ambición, la alteración de la naturaleza y la crueldad depredadora del hombre son las premisas de Mimic, donde Mira Sorvino se relaciona entre babas, como si fuera la Ripley de Alien, con gigantescos insectos en las oscuras entrañas del metro de Nueva York. Los híbridos de cucarachas y mantis caminan erectos, crecen hasta la talla de un jugador de baloncesto y se envuelven en sus capas y corazas, imitando el feo rostro humano de la muerte para pasar inadvertidos entre los hombres y cazarlos mejor. En El espinazo del diablo, el fantasma de un niño, «como un insecto atrapado en ámbar» según nos dice una voz en off, se aparece a los huérfanos de un auxilio social de la posguerra española. El abandono infantil confrontado a la miseria de los adultos que los vigilan ejerce un mórbido contrapunto, presidido por Marisa Paredes, golosa y triste mutilada que nos evoca con su muñón a la Tristana de Buñuel.