«El experimento» triunfa en Sitges tras el éxito obtenido en Alemania

BOQUERINI. Colpisa SITGES

TELEVISIÓN

JAUME SELLART

Recrea el comportamiento de 20 hombres encerrados en una cárcel, divididos entre guardianes y presos «El experimento», la ópera prima del director germano Oliver Hirschbiegel, marcó la jornada dominical del Festival de Cine de Sitges. La película recrea la experiencia de 20 hombres encerrados en una cárcel, divididos entre guardianes y presos. El filme llegó avalado por los numerosos premios obtenidos en Alemania y por los más de 1,7 millones de espectadores alcanzados. El otro acontecimiento del día llegó de la mano de «La Maldición del Escorpión de Jade», la última obra de Woody Allen.

07 oct 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

El experimento se exhibió el sábado por la noche en la sección Gran Angular del certamen con bastante éxito de público y crítica. La trama muestra como a través de un anuncio en la prensa se eligen a 20 hombres para participar en un experimento psicológico: estarán encerrados en un cárcel durante dos semanas a cambio de una importante remuneración, conscientes unos de que tienen que ejercer la autoridad y los otros de que perderán la intimidad y sus derechos civiles además de poder recibir ciertos maltratos. Diez de ellos serán presos y otros diez se convertirán en sus guardianes. Entre los presos se encuentran un supuesto taxista, que en realidad es un periodista que pretende vender la exclusiva de lo que suceda allí a una revista, y un militar del servicio de la inteligencia aérea. Los acontecimientos se les escaparán de las manos a los organizadores del experimento provocando que ambos grupos asuman sus roles al límite, hasta provocar los malos tratos físicos, las vejaciones y la violencia de los carceleros para con los presos. Un caso real La historia está basada en un caso real llevado a cabo en Estados Unidos en 1971 por la Universidad de Stanford y que fue recogido en una novela, que es la que el director ha llevado a la pantalla. «La película muestra un tema universal, el de la opresión y el comportamiento en una cárcel» aseguró Olivier Hirschbiegel, que trató de diferenciar su película de los planteamientos de Gran Hermano: «Cuando se escribió el guión, aún no se conocía el concurso». «En Gran Hermano la simulación es muy diferente. Allí los concursantes aspiran a grabar un disco o montar un negocio, mientras que en la película lo que se busca es un experimento sobre el comportamiento humano en situaciones límite», explica el director. La película, que sus distribuidores quieren estrenar en las próximas semanas tras comprobar la favorable acogida en Sitges, se rodó por orden cronológico y en el guión participaron todos los actores: «Yo les di a cada actor las características del personaje y les dije que hicieran los deberes en casa. Ellos pensaron cómo responderían ante cada situación y así se fue formando el carácter de cada uno de ellos», dice el director, que reconoció que, «a diferencia de otras películas, aquí los actores seguían metidos en sus roles tiempo después de finalizar el rodaje de cada día». También centró la atención del festival la última película de Woody Allen, La maldición del Escorpión de Jade. Pero por imposición de la distribuidora en España, no sólo se suprimió el habitual pase de prensa para los medios informativos acreditados, sino que a estos se les negó el acceso a la única sesión de la película, salvo que pasaran por taquilla y comprasen la entrada. Su estreno en las salas españolas está previsto para el jueves.