Plácido Domingo convirtió ayer la Plaza Roja de Moscú en el grandioso escenario de un concierto en beneficio de la infancia rusa más desamparada y de la restauración de las catedrales del Kremlin. En este corazón de Rusia, al lado del Kremlin, el tenor cantó fragmentos de obras de Bizet, Puccini, Verdi, Mascagni y otros maestros de la ópera. Domingo dio una sorpresa al público moscovita cuando interpretó un fragmento de la opera del compositor ruso Piotr Chaikovski, Eugueni Oneguin, en su idioma original. Junto a Domingo, cantaron la soprano Liubov Petrova y la contralto Marina Domashenko, artistas rusas que tomaron parte en el concurso internacional de vocalistas Operalia, que el tenor español organiza desde 1993. A pesar de que los precios de las entradas oscilaron entre los 1.200 rublos (unas ocho mil pesetas) y los 32.000 rublos (más de 200.000 pesetas), todas las localidades fueron vendidas. El concierto fue benéfico: la recaudación de 1.200 de las 2.500 entradas fue donadas a niños con problemas de salud y huérfanos, y otra parte de los beneficios estará destinada a financiar la reconstrucción de las catedrales del Kremlin. Estaba previsto inicialmente que el concierto se celebrase tras los muros del Kremlin, en la Plaza de las Catedrales, donde antes eran coronados los zares rusos, pero por obras de restauración decidieron trasladarlo a la Plaza Roja. La plaza ha servido en contadas ocasiones de escenario para conciertos de artistas de fama mundial, muchos de ellos españoles, como José Carreras, Montserrat Caballé o el propio Domingo, quien ya cantó en ella en junio de 1999. El tenor español actuó por primera vez en Moscú en 1974, cuando cantó en el teatro Bolshói en una gira con la compañía del Teatro de la Scala de Milán. Antes del concierto de ayer declaró que «nunca había tenido ningún problema de comprensión con el público» ruso, al que calificó como «hospitalario y generoso».