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Las «fake news» y el extremismo siguen avanzando en Facebook y Twitter

Rob Lever WASHINGTON / AFP

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Thierry Roge

Un informe del Oxford Internet Institute deja en evidencia las medidas de control anunciadas por las redes sociales

04 nov 2018 . Actualizado a las 20:12 h.

Las fake news se están expandiendo en las redes sociales a una mayor velocidad antes de las inminentes elecciones estadounidenses que en las jornadas previas a las presidenciales del 2016 que ganó Donald Trump. Investigadores del Oxford Internet Institute concluyen que Facebook y Twitter siguen permitiendo «comentarios extremistas, sensacionalistas, conspirativos», así como las informaciones de mala calidad.

Según un análisis de 2,5 millones de tuits y 6.986 páginas de Facebook realizado en un período de 30 días, el estudio, refutado por las firmas de Internet, determinó que menos del 5 % de las fuentes de referencia en redes sociales provenían de instituciones oficiales, expertos o de los propios candidatos.

«Encontramos que la proporción de noticias basura que circula en las redes sociales ha aumentado en Estados Unidos desde el 2016, con usuarios compartiendo en mayor proporción las noticias basura que vínculos hacia contenidos profesionales», indicaron los investigadores. El documento del Oxford Internet Institute indica que estos contenidos dudosos, «que antes se concentraban en la base de apoyo del presidente Trump, se ha expandido hasta incluir a comunidades conservadoras convencionales». Philip Howard, director de este organismo y coautor del estudio, señala que la investigación no busca analizar cuánto contenido procede de cuentas automatizadas o bots, o si es lanzado desde el extranjero. Pero añade que «este estilo de producir noticias basura probablemente tiene un origen ruso». «Es lo que los rusos usaron en la elección del 2016, y ahora hay grupos nacionales copiando ese estilo».

«Retoques sin gran impacto»

Howard dice que los esfuerzos de Twitter y Facebook para eliminar la desinformación no eran sino «retoques» y que «la evidencia sugiere que pequeños retoques no tienen un gran impacto».

En respuesta, las dos compañías criticaron las conclusiones y los métodos usados en el estudio. «Respetamos y apreciamos las investigaciones independientes sólidas, pero ponemos en duda algunos de sus hallazgos», apuntan desde Twitter. «Muchos de los vínculos tachados de basura por los investigadores son publicaciones que reflejan puntos de vista en la sociedad estadounidense. Prohibirlos de nuestro servicio sería una reacción impulsiva y dañaría severamente el debate público», agregan. Aseguran que muchas de las fuentes citadas en el estudio «no eran extranjeras, no eran bots, y en su mayoría no estaban coordinadas; son personas verdaderas compartiendo noticias que reflejan sus puntos de vista».

«Las conclusiones de esta investigación no deberían ser consideradas la autoridad en la materia», explican desde Facebook en un comunicado, argumentando que la principal conclusión del estudio, que la proporción de noticias basura aumentó desde el 2016, «se basa en realidad en datos de Twitter extrapolados a las redes sociales en general».

Los investigadores de Oxford precisaron que su definición de «noticia basura» se basa en criterios específicos, como la falta de prácticas de periodismo profesional, el uso de exageraciones o titulares engañosos, y de fuentes de información no confiables.

A Jennifer Grygiel, profesora especializada en redes sociales de la Universidad de Siracusa, que no participó en el estudio, no le sorprenden las conclusiones. «Los clics generan ingresos, por eso las redes sociales promueven las noticias basura. Si tenemos la sensación de que vivimos en un mundo de telerrealidad, no es por casualidad. Así es como el sistema está construido», dice.