Pero la gran novedad es que ahora el reloj detecta caídas, ya sean a plomo o resbalones hacia delante o hacia atrás. Si eso ocurre, da la opción de llamar a los servicios de emergencia.
El sensor de ritmo cardíaco avisa cuando las pulsaciones son demasiado altas o bajas y, si el usuario no responde en un minuto, llama al contacto de emergencia que tenga configurado. También es capaz de detectar latidos irregulares e incluso de elaborar un electrocardiograma, basta con poner el dedo en la corona y esperar 30 segundos. Apple busca así un nuevo nicho de mercado en las personas mayores, después de popularizar su reloj como pulsera de fitness.