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Teraflops

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OCIO@

15 jun 2017 . Actualizado a las 01:00 h.

El palabro de arriba deriva de FLOPS, siglas en inglés de operaciones de coma flotante por segundo. Es una unidad que se utiliza para medir los cálculos matemáticos que pueden hacer una CPU y una GPU, es decir, el procesador y la tarjeta gráfica de un sistema informático. Las consolas de videojuegos son ordenadores, así que no es de extrañar que en los foros donde estos días se discute sobre la potencia de la nueva Xbox One X se hable mucho de teraflops. Según lo anunciado en el E3 de Los Ángeles, la máquina de Microsoft alcanza los 6 teraflops, con lo que barre a su gran rival, la PlayStation 4 Pro, que se queda en 4,2 teraflops. También la capacidad de proceso de la GPU es mayor, y tiene además 12 GB de memoria RAM, por 8 de la consola de Sony.

Pero el dato clave es la capacidad de la Xbox One X de mover juegos 4K de forma nativa, es decir, sin hacer un reescalado para que títulos con una resolución inferior se puedan adaptar a pantallas 4K o UHD. Eso es lo que hace la PS4 Pro y, aunque el ojo humano difícilmente puede distinguir entre unas imágenes 4K nativas y otras escaladas desde (por ejemplo) la mitad o la cuarta parte de resolución, no es suficiente para los measurbator digitales. El término viene de measure (medida) y masturbator (onanista) y sirve para designar a esas personas que solo se fijan en las especificaciones de un producto, ya sea una cámara de fotos, un ordenador, un coche o una videoconsola. Elegir la Xbox, la PS4 o la Nintendo Switch por sus características técnicas y no tener en cuenta el catálogo de juegos solo sirve de autosatisfacción a los que se excitan con teraflops.