Hubo un tiempo en que Apple era la referencia en el hardware informático. Sus portátiles y tabletas marcaban la tendencia a seguir en el diseño de estos dispositivos, que estaban a años luz de los del resto de fabricantes; no solo por el empleo de carcasas de aluminio, también por la eliminación de tecnologías obsoletas (disqueteras, unidades reproductoras de CD...) y, por supuesto, por la integración de un sistema operativo que corría como la seda. Hoy la compañía de la manzana sigue siendo el espejo en el que se miran sus competidores, pero ya no siguen al pie de la letra todos sus dictados. La firma china Huawei acaba de lanzar su primer laptop y si no lo mirásemos de cerca nadie diría que no estamos ante un MacBook. El MateBook X -se parece hasta en el nombre- calca punto por punto las líneas maestras de Cupertino: cuerpo unibody, metal y ligereza (1,05 kilos para un equipo con pantalla de 13 pulgadas). Con un grosor de solo 12,5 milímetros, incorpora avances como sonido envolvente Dolby Atmos y sensor de huellas en el botón de encendido. Dispone de refrigeración pasiva, así que no necesita ventilador y trabaja en completo silencio.
Justo el mismo día que Huawei presentaba este ultrabook, Microsoft anunciaba la nueva versión de Surface, su tableta convertible. Con un panel táctil de 12,3 pulgadas y una autonomía que puede llegar a las 13,5 horas, incluye como opción un lápiz digital capaz de detectar hasta 4.096 niveles de presión, con un retardo mínimo de 21 milisegundos desde que empezamos a hacer trazos hasta que aparecen en la pantalla. Apple tiene una dura tarea para la conferencia que celebrará a principios de junio: convencernos de que sigue liderando un mercado en el que sus rivales ya juegan con sus propias reglas.C