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El Gobierno admite 1.200 infecciones sin revelar si son empresas o particulares

melchor sáiz-pardo MADRID / COLPISA

OCIO@

YONHAP | AFP

Los servicios de seguridad asumen que no podrán recuperar la información secuestrada

16 may 2017 . Actualizado a las 10:30 h.

En el tercer día de WannaCry en España, los servicios de seguridad del Estado seguían sin tener la fórmula para recuperar los datos secuestrados a decenas de empresas e instituciones de todo el país. Es más, reconocen que será casi imposible que consigan algún día la llave para recuperar esa información. Eso sí, el temido lunes negro no fue tal, aunque desde luego no fue tranquilo. El virus siguió afectando a equipos y redes de todo el país por la negativa de algunas compañías, algunas muy importantes, de no bajarse los parches distribuidos por Microsoft ante el temor de que esas herramientas bloqueen los programas obsoletos, pero eficientes, de sus sistemas. El contagio, por tanto, siguió ayer, pero no fue una epidemia. Es más, el Gobierno, se mostró convencido de que ya tiene la situación bajo control, sobre todo porque los «operadores estratégicos» del país están siguiendo las instrucciones de las agencias de seguridad y han cerrado las brechas que propiciaron el ciberataque. De hecho, no hubo más infecciones entre esos «operadores estratégicos».

Solo el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) dio datos, pero, de nuevo, muy parciales, discutidos por las otras agencias de seguridad nacional y no coincidentes con los organismos internacionales. Incibe, que el domingo admitía «algo menos» de 600 ataques en España, reconoció ayer que esa cifra había pasado a «tan solo» (sic) «1.200 infecciones confirmadas». El departamento del Ministerio de Energía no quiso hacer más precisiones. El Ejecutivo se negó a confirmar cuál era el método de contabilidad, si cada una de esas «infecciones» se refiere a un ordenador particular o si, como apuntaron otros responsables de la seguridad del Estado, se trataba de «sistemas» o «redes internas completas» infectadas por el virus.

El Gobierno se limitó a explicar que, según sus datos, «España ocupa actualmente la posición 16 del ránking por países» con esas «1.200 infecciones confirmadas» y que «a nivel mundial» se han localizado «más de 230.000 equipos infectados por las diferentes variantes de WannaCrypt en un total de 179 países distintos» con especial afectación en China, Rusia, Estados Unidos y Reino Unido.

Responsables del Ministerio de Energía admitieron que buena parte de los contagios contabilizados a primera hora de la tarde de ayer procedían del WannaCrypt. B, la cepa del virus más dañina y que no puede ser neutralizada a través del remedio hallado por los técnicos británicos de acudir a la web a la que requiere autorización para la encriptación. WannaCrypt. B, recordaron estas mismas fuentes, fue el que alcanzó de lleno a las computadoras de Telefónica.

30.000 empresas chinas

Asia, en especial China y Japón, sufrió ayer nuevos estragos por el ciberataque mundial después de que una mutación del virus WannaCry consiguiera burlar allí las medidas implantadas tras el primer ataque, que afectó a unas 30.000 empresas e instituciones educativas del país. De hecho, el experto informático del Reino Unido que consiguió inhibir el ataque horas después de su inicio advirtió de que nuevas versiones del virus se propagarían con bastante probabilidad ayer.

En Europa no se produjeron ayer más casos de propagación del virus y Europol desactivó las alarmas.

Ahora las pesquisas se centran en identificar a los autores del ataque. Putin negó cualquier implicación de Rusia y apuntó a los servicios secretos de Estados Unidos como «fuente primaria del virus». Sin embargo, Rod Soto, secretario de Hack Miami, una comunidad de «hackers éticos» de Florida, declaró ayer a Efe que no duda de que Rusia es «parcialmente responsable».

Hasta el momento, los atacantes han recaudado menos de 70.000 dólares (63.774 euros) con su extorsión mundial.