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Así están empezando a recibir las élites digitales a Donald Trump

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Facebook fue acusado de manipular las publicaciones para favorecer al republicano. Apple, amenzado por el ahora presidente con restringir su producción a Norteamérica. Ahora, son sus responsables los que toman la palabra

10 nov 2016 . Actualizado a las 19:44 h.

«Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, entonces camina. Si no puedes caminar, entonces gatea, pero hagas lo que hagas, tienes que seguir avanzando». El consejo, enunciado por Martin Luther King hace cincuenta años, llegó este miércoles por la noche a la bandeja de entrada de los correos de los trabajadores de Apple. Era un mensaje de su director ejecutivo; su reacción a la victoria de Trump en las urnas. La particular manera de Tim Cook de apuntalar los cimientos de una firma que, tras conocer el resultado del escrutinio de las elecciones estadounidenses, se echaba las manos a la cabeza recordando las promesas electorales del recién escogido presidente. 

Fue hace tiempo, tanto que la amenaza acabó siendo eclipsada por posteriores burradas del magnate, al que, por aquel entonces, todavía aspirante a candidato, aún le separaban de la Casa Blanca dos escalones. Sermoneaba Trump el pasado 19 de enero a los asistentes de uno de sus mítines en la universidad de Lynchburg (Virginia) sobre lo maravillosa que es Norteamérica cuando inesperadamente, en pleno discurso, prometió que si llegaba al despacho oval haría todo lo que estuviese en su mano para que Apple volviese a fabricar sus dispositivos en Estados Unidos. Apuntó a continuación la cantidad de acciones que le pertenecían del gigante californiano y cuánto echaba de menos a Steve Jobs. El dardo, bien afilado, ya había sido disparado.

JIM WATSON | afp

Ignorado hasta ahora, el mensaje fue recogido por Cook nueve meses después y replicado con la habitual elegancia de los modales de Apple: un escueto mensaje interno pidiendo calma y, especialmente, unidad. «Equipo -arranca la misiva-, hoy he escuchado a muchos de vosotros hablar de las elecciones presidenciales. En unas elecciones en las que los candidatos eran tan diferentes y en las que ambos recibieron un número similar de votos, es inevitable que el resultado os deje a muchos de vosotros con sentimientos encontrados. Tenemos un equipo muy diverso de empleados, incluyendo a partidarios de cada uno de los candidatos. Independientemente del candidato que cada uno de nosotros apoyó como individuos, la única manera de avanzar es avanzar juntos».

Tras recordarles las palabras del Nobel de la Paz, Tim Cook afrontó sin rodeos la amenaza: «Si bien hay debate hoy sobre las incertidumbres que tenemos por delante, podéis estar seguros de que la estrella polar de Apple no ha cambiado. Nuestros productos conectan a personas en todas partes y proporcionan las herramientas para que nuestros usuarios hagan grandes cosas para mejorar sus vidas, y el mundo en general. Nuestra empresa está abierta a todos, y celebramos la diversidad de nuestro equipo aquí en los Estados Unidos y en todo el mundo, sin importar su apariencia, de dónde vienen, cómo aman o a quién aman. Siempre he imaginado a Apple como una gran familia, y os animo a que os acerquéis a vuestros compañeros de trabajo si os sentís preocupados. Avancemos juntos».

En un tono conciliador y sin referencias directas a Donald Trump, el CEO de los de la manzana pidió abiertamente a sus trabajadores un esfuerzo extra ante las posibles adversidades que, de aquí en adelante, aparecerán en el camino. Pero no fue el único cerebro tecnológico en dejar clara su postura ante el nuevo escenario político. Silicon Valley ya ha activado las alertas. Sabe que vienen tiempos convulsos.

Desde Microsoft, Satya Nadella firmó un escueto mensaje en su recién adquirido LinkedIn: «Felicitamos al presidente electo y esperamos trabajar con aquellos que fueron elegidos. Nuestro compromiso con nuestra misión y valores se mantiene firme, particularmente en cuanto a albergar una cultura diversa e inclusiva». Y desde Amazon, Jezz Bezos, rival de Trump en sonadas contiendas durante la campaña -llegó a invitarle a subirse a un cohete y largarse al espacio cuando el republicano le acusó de evadir impuestos -, recurrió a Twitter para darle la enhorabuena por su nuevo cargo: «Felicidades a @realDonaldTrump. Le ofrezco mi apertura mental y le deseo un gran éxito en su servicio a este país»

Zuckerberg, acusado por algunos usuarios de Facebook de manipular las publicaciones de su red social con el objetivo de influir en el voto (escondiendo los temas más conservadores en su lista de tendencias y favoreciendo informaciones más liberales), fue más sutil. Las sospechas de censura no es lo único que sitúa al fundador de la red social a años luz del republicano. En agosto del 2015, Trump arremetió contra él por contratar demasiados inmigrantes, precisando que, si llegaba al poder, obligaría a las tecnológicas a dejar de lado a los «trabajadores baratos». 

«Ayer fueron las primera elecciones de Max (su hija). A ella le esperan muchas elecciones en el futuro -publicó en su perfil-. Al abrazarla pensé en todo el trabajo que tenemos por delante para crear el mundo que queremos para nuestros hijos. Este trabajo es más grande que cualquier presidencia y el progreso no se mide en una línea recta. Las oportunidades más importantes para la generación de Max -como curar todas las enfermedades, mejorar la educación, conectar a todos y promover oportunidades equitativas- representan un esfuerzo a largo plazo y necesitan encontrar maneras para que todos trabajemos juntos durante décadas. Todos hemos sido bendecidos con la habilidad de hacer un mundo mejor, y tenemos la responsabilidad de hacerlo. Trabajemos más fuerte aún».

Los colosos de Internet tienen claro su objetivo: derribar barreras, conectar el mundo. Mientras, Trump planea cómo, cuándo y dónde empezar a levantar muros.