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Pontificando desde las redes

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OCIO@

02 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Política, sucesos, cuore, fútbol... Los sanedrines que pueblan esas inmensas barras de bar que en muchos momentos son Twitter, Facebook o, terror, los grupos de Whatsapp no dan abasto estos días. Y transmutan las redes en templos consagrados a dos dioses menores, pero cada vez más omnipresentes: el cuñadismo y el gregarismo. 

La primera deidad recibe culto todos los días. Si se hubiera hecho caso a sus fieles, la humanidad se hubiera librado hace mucho tiempo de todos sus males. España tendría un gobierno estable, justo e incorrupto; la policía habría encontrado a Diana Quer en cero coma; y los problemas de la globalización y el yihadismo serían historia. Y solo usando soluciones de la mejor de las universidades, la de la vida.

Los pontificadores de la Red tienen un problema frente a sus antecesores del bar. Sus comentarios acerados, sus juicios sumarísimos y sus sentencias inapelables dejan huella. Y pueden provocar un efecto bumerán. El último ejemplo es el del tuitero que puso una foto de un viaducto coruñés y, lleno de razón, quiso sacarle los colores a Fomento por no haber acabado la obra. Tuvo su rato de gloria. Y una respuesta tan contundente que acabó sufriendo un escarnio. Le llamaron de todo en Twitter. Y lo más bonito fue «hinjeniero» y «cuñado».