Huawei presentó ayer en Londres su nuevo smartphone de gama alta, el P9. Aunque es un terminal con unas prestaciones y una construcción de lujo -pantalla de 5,2 pulgadas Full HD, batería de 3,000 mAh, sensor de huella dactilar, carcasa de aluminio aeroespacial y un grosor de solo 6,95 milímetros, con los bordes cortados con diamante-, la compañía china sabe que no puede competir en la misma liga que el iPhone 6s y el Samsung Galaxy S7, por lo menos en cuanto a diseño e imagen de marca. Por eso se ha asociado con un nombre mítico de la fotografía, Leica, que ha «co-diseñado» la cámara del teléfono. La singularidad del P9 es que dispone de dos lentes traseras con una resolución de 12 megapíxeles: una cámara RGB especializada en la captura del color, y una segunda cámara monocroma, que destaca por captar todos los detalles de la fotografía. Ambas trabajan en tándem para permitir que los usuarios creen imágenes con «una resonancia emocional única y una intemporalidad» características de la firma alemana. Huawei asegura que las fotografías obtenidas son un 90 % más luminosas que las del Galaxy S7 y un 270 % más que las del iPhone 6s. Los usuarios pueden escoger entre tres modos de película Leica y ajustar la apertura de la cámara para crear efectos bokeh (desenfoque profundo). El P9 saldrá a la venta el 3 de mayo a partir de 599 euros (versión de 32 GB) y veremos si la mano de Leica obra el milagro o su alianza es producto del márketing.