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Los retuits serán recompensados

Javier Becerra
Javier Becerra RETROALIMENTACIÓN

OCIO@

09 abr 2016 . Actualizado a las 23:48 h.

El palmero de toda la vida se ha convertido en retuiteador. Sigue las cuentas en redes sociales de sus líderes políticos y expande el mensaje con acuse de recibo. Cada retuit de Twitter, cada me gusta de Facebook tiene un efecto buscado: la alerta en el móvil del líder. Sí, él sabe que el palmero-retuiteador está ahí, difundiendo la propaganda.

La actividad tiene doble dirección. En su sístole-diástole el palmero-retuiteador se lanza contra el oponente de su líder. Acoso y derribo. Ironía hiriente. Descrédito. Insulto. Esto provoca que algunos políticos los bloqueen. Y que los vetados lo difundan como una muestra de -¡olé!- Fascismo. Al parecer la democracia es que a uno de llamen nazi, terrorista o matacuras sin que se le borre la sonrisa.

El palmero-retuiteador también es muy dado a la paranoia. Un ejemplo: la cuenta de Twitter de La Voz A Coruña colgó en Navidad una foto de una zona comercial colapsada de coches. Se decía que la mezcla de compras y lluvia tenía como resultado un atasco. ¿Qué ocurrió? Se tomó por ¡un ataque furibundo al Ayuntamiento!

¿Qué hay detrás de esto? Pues cuentas creadas por los partidos, anónimos resentidos y, vaya, el palmero de toda la vida haciéndose ver. Y esperando el puestiño. O el contratiño. No se preocupen, si los resultados electorales acompañan, los retuits serán recompensados.