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Celia Villalobos, del caldito al «Candy Crush»

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OCIO@

27 feb 2015 . Actualizado a las 08:11 h.

Tenía que ser Celia Villalobos. Aquella ministra de Sanidad que en el 2001 regó con gasolina el incendio provocado por la crisis de las vacas locas al recomendar a las «amas de casa» que no hicieran el «caldito» con huesos de bovino. Esa diputada malagueña del PP que se refirió a los discapacitados como «tontitos». La que fue cachada abroncando a Manolo, chófer de ese coche oficial que le pagamos todos, de muy malas maneras. Y la que simultanea una de las más altas responsabilidades institucionales del Estado, la vicepresidencia del Congreso, con unas partiditas a un videojuego. Mientras moderaba uno de los debates del Estado de la Nación más crispados que se recuerdan.

Villalobos -también mujer del gurú de Rajoy, Pedro Arriola- siempre fue un modelo de política populista y populachera (aprende, Pablo Iglesias). Y lo ha demostrado con su vergonzante desliz. Escogió un juego muy popular. A pesar de los trending topic en Twitter, no fue el exitoso y patrio Candy Crush el que motivó el déficit de atención de doña Celia, sino una mala copia inspirada en el último gran éxito de Disney, Frozen Free Fall. 

Conviene recordar que los diputados tienen un iPad sufragado por los contribuyentes. Y que cualquier mal uso es un abuso. En un país serio, hubiese sido motivo de dimisión o de cese fulminante. Aquí no pasa nada. Ni siquiera se pide perdón. Y así nos va.