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Usar Facebook en el trabajo ya no estará mal visto

OCIO@

La red social dejará de ser un simple centro de entretenimiento y patio de vecinos virtual para convertirse también, a través de la aplicación Facebook At Work, en una herramienta corporativa de uso interno

18 ene 2015 . Actualizado a las 14:04 h.

Zuckerberg acaba de desembargar en las tiendas de aplicaciones Facebook At Work, su pasaporte al mercado de los negocios. Esta plataforma no es una extensión ni una actualización del Facebook tradicional, sino una nueva herramienta enfocada al uso corporativo, un programa de uso interno para facilitar y hacer más fluidas las comunicaciones entre los empleados, y el intercambio de documentos e información entre la compañía y los trabajadores. Facebook llevaba tiempo con la mosca detrás de la oreja observando como Linkedin se zampaba en soledad el sector de los negocios, así que, una vez que hubo cerrado las adquisiciones de Instragram y de Whatsapp, se fijó un nuevo objetivo en su proceso de colonización. Esta vez, en lugar de unirse al enemigo ha decidido plantarle cara con una prometedora herramienta que, de momento, está siendo testada por un reducido número de empresas.

Como ya hizo con Facebook, hoy convertida en la red social líder por excelencia, la idea de Zuckerberg es desmontar los cimientos de las comunicaciones internas de la empresa y volver a colocarlos de nuevo con un manual de uso completamente diferente. Los chicos de Silicon Valley están empeñados en cambiar hábitos, lo llevan en su ADN, y si durante las últimas dos décadas los individuos en nómina de cualquier empresa han entendido y defendido el correo electrónico como el método más rápido y práctico para comunicarse, ahora intentarán demostrarles que otras vías son posibles. Que el espectro es mucho más vasto y que las posibilidades son infinitas. Que lo consigan es otra historia. Pero vamos al grano.

Facebook at Work estará disponible de dos maneras: para el ordenador y como aplicación móvil, ya sean estos Apple o estén sometidos al régimen de Android. Los primeros en lanzar la noticia han sido los medios The Wall Street Journal, The Financial Times y el especializado TechCrunch. Cualquiera de los tres repasa las peculiaridades de este tentáculo de Facebook en territorio corporativo. Lo más destacable es su apariencia, lejos de una intranet convencional o un servicio de correo de empresa, y cerca, muy cerca, del aspecto que actualmente presenta Facebook. Cuenta, sin embargo, con algunas especificaciones que le diferencian de la red social convencional. La primera es que está diseñada en colores distintos para no levantar suspicacias. Además, no incluye anuncios, tampoco monitoriza los movimientos del usuario y no registra sus datos. La familiaridad es una de sus grandes ventajas. La nueva interfaz no pillará desprevenidos a sus usuarios, ya que a estas alturas la mayoría se desenvuelve con soltura en el universo de Facebook. Además, podrán crear de cero nuevas cuentas y/o vincular sus nuevos perfiles de empresas a los personales.

Sin embargo, no todo va a ser un camino de rosas. En primer lugar, deberá lidiar con sus coetáneos, servicios como Yammer, incorporado en el 2012 en el paquete Office de Microsoft, o la herramienta colaborativa Slack, creada por el fundador de Flickr, que salió al mercado hace casi un año con la promesa de convertirse en la bancarrota de email.

Otra de las incógnitas que planea sobre Facebook At Work es cómo sacará tajada si ha prometido prescindir de la publicidad. Tampoco hay que pasar por alto el recelo que genera un servicio que llega avalado por una compañía especializada en la recopilación de datos de carácter personal. Todo parece indicar que Facebook se decantará por un servicio de suscripción.

La compañía promete que esta plataforma no incluirá publicidad ni rastreará los datos personales