A pesar de que el ingenio de los timadores va en muchas ocasiones un paso por delante del de las autoridades y aunque los fraudes por Internet van cambiando a un ritmo vertiginoso, lo cierto es que existen algunos indicios que pueden ayudar al consumidor a detectar que está siendo expuesto a una de estas estafas. Mensajes alarmistas o amenazas de cierre de cuentas son la primera señal que debe poner sobre aviso a los internautas, ya que es una de las argucias más utilizadas por los ciberdelincuentes. Además, las promesas de dinero fácil a cambio de un esfuerzo mínimo también deben servir de advertencia para que el usuario se dé cuenta de que se encuentra ante un más que posible engaño. Nadie da duros a pesetas.
Aquellos negocios que parecen demasiado buenos para ser reales o los anuncios que semejan ser todo lo contrario por contener errores gramaticales o de ortografía son otras dos señales. La caridad y las buenas intenciones son otro filón, por lo que hay que tener cuidado y verificar la procedencia de aquellas solicitudes de donaciones a organizaciones benéficas que demanden dinero justo después de alguna catástrofe natural.