No es la primera vez que los desarrolladores de juegos son objeto de abusos en redes sociales. Un trabajador del equipo de Call of Duty, David Vonderhaar, fue víctima de insultos y amenazas después de que se rebajara el rango de un rifle dentro del juego. Por otra parte, el creador de Bioschock, Ken Levine, explicó que conoce varios desarrolladores que han dejado la industria porque «ya no vale la pena el problema».