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La tableta Surface hunde las cuentas de Microsoft

andrés losada REDACCIÓN / LA VOZ

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Los beneficios del gigante tecnológico se ven lastrados por el enorme estocaje del dispositivo móvil sin vender

20 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ya es oficial. Microsoft ha fracasado con su tableta Surface, lanzada en octubre del 2012 y con la que el gigante del software pretendía rivalizar con el iPad de Apple y con la extensa y exitosa gama Galaxy de Samsung. La compañía liderada por Steve Ballmer anunció que el beneficio trimestral ha sido inferior a lo esperado debido a una menor venta de ordenadores personales -lo que afectó a la distribución de Windows-, pero sobre todo por tener que asumir un cargo inesperado: 900 millones de dólares (685 millones de euros) por su estocaje de unidades de Surface sin vender.

Que algo no iba bien con el dispositivo se mascaba desde que, apenas unas semanas después del lanzamiento conjunto de Windows 8 y Surface, su máximo responsable, Steven Sinofsky, abandonaba por sorpresa Microsoft. Si bien su marcha se relacionaba más con las dudas que planteaba el nuevo sistema operativo -que sacrifica el escritorio tradicional por una retícula de tiles o iconos activos-, poco después el propio Ballmer reconocía a los medios que el arranque de Surface había sido modesto. La existencia de dos versiones, una que solo puede instalar aplicaciones de la tienda Windows (RT) y otra que funciona como cualquier ordenador (Pro) contribuyó a aumentar la confusión. Muchos usuarios decidieron esperar por la segunda, pese a que en la mayoría de países -entre ellos España- no llegó hasta bien entrado el 2013. Microsoft se perdió así la campaña navideña, clave para apuntalar las ventas.

Hace una semana, la firma de Redmond (Washington) anunció una sustancial rebaja de precio en la tableta de un 30 % (150 euros), y, paralelamente, informó de la mayor reorganización interna de Microsoft en cinco años. Por primera vez se ha creado una división específicamente dedicada a dispositivos móviles, lo que sugiere que la empresa redoblará los esfuerzos en el hasta ahora esquivo negocio del hardware.

«Sabemos que tenemos que hacerlo mejor, particularmente en dispositivos móviles», dijo Amy Hood, nueva presidenta financiera de Microsoft. «Esta es una de las grandes razones por las que hemos hecho los cambios», añadió. Pero ello no evitó que las acciones cayeran un 5 %.