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El consejero delegado de Blackberry augura el fin de las tabletas en cinco años

Iker Cortés / Colpisa

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Pese a que sus ventas se han incrementado en un 142%, Thorsten Heins vaticina su desaparición

06 may 2013 . Actualizado a las 12:04 h.

«En cinco años no creo que haya ninguna razón para tener una tableta. Tal vez una gran pantalla en el espacio de trabajo, pero una tableta, tal como la conocemos hoy, no». Así de tajante se mostraba hace unos días el consejero delegado de Blackberry, Thorsten Heins. Tiene suerte porque en un lustro es probable que nadie recuerde esta atrevida afirmación, ni siquiera aunque acierte. La gracia del asunto es que apenas un día más tarde un informe elaborado por la consultora norteamericana IDC aseguraba que la venta de tabletas se ha incrementado un 142% durante el primer trimestre del año.

La cifra es sorprendente y choca frontalmente con el desplome de un 14% que han sufrido las ventas de ordenadores en este periodo. Entre enero y marzo, tradicionalmente los peores meses del año, se han vendido 49,2 millones de tabletas en todo el planeta, un número que supera ya el total de las ventas de dispositivos durante la primera mitad del 2012 y que parece ratificar, como señalan algunos estudios, que en un par de años las tablets podrían superar a los ordenadores. En este punto, cabe recordar que ni Steve Jobs ni Apple inventaron las tablets, pero fue su visión del concepto la que sedujo a millones de usuarios. Y eso que la presentación del iPad en enero del 2010 más que arrancar aplausos, como sucedía tradicionalmente, despertó cierto escepticismo entre los seguidores de la marca. «Aunque resulta un dispositivo estupendo para consumir contenidos, no se esfuerza demasiado por facilitar su creación», era la crítica más recurrente cuando salió la primera tablet de Apple, tal y como recuerda Walter Isaacson en la biografía sobre el genio de Cupertino.

Con cada iteración, las dudas fueron disipándose. Tres años más tarde Apple sigue siendo líder indiscutible en el sector. En el primer trimestre del año ha vendido 19,5 millones de iPads, pero el gigante tecnológico también ha visto como su cuota de mercado se ha reducido en más de 18 puntos en un año, pasando del 58,1% al 39,6%. La debacle podría haber sido mayor si Tim Cook hubiera hecho caso a quienes no veían claro un iPad de pequeñas dimensiones. Y es que según IDC, el 64% de las tabletas que ha vendido Apple pertenecen al modelo Mini. Por otro lado, es natural que el mercado esté cada vez más fragmentado.

Como ya ha sucedido con los teléfonos móviles, los dispositivos con sistema operativo Android han ido copando el mercado. Samsung, con su gran número de modelos, ha sido el fabricante más beneficiado. La firma surcoreana, una de las primeras en apuntarse a las tabletas de 7 pulgadas, ha vendido 8,8 millones de unidades frente a los 2,3 millones que puso en circulación durante el mismo periodo en 2012. Así ha pasado de dominar el 11,3% del mercado al 17,9%.

Asus se posiciona como el tercer fabricante. El empujón en este caso lo ha dado su alianza con Google para fabricar las Nexus de 7 pulgadas. Han vendido 2,7 millones de unidades en estos tres meses. Pasa así de tener una cuota de mercado del 5,5%, frente al 3,1% que ostentaron en el 2012. Y, quizá lo más importante de todo, se colocan por delante de Amazon y sus Kindle Fire. Entre enero y marzo, la librería digital ha vendido 1,8 millones de tabletas. Por su parte Microsoft ha vendido 0,9 millones de unidades en un trimestre y consigue el 1,8% de mercado cuando sus modelos RT -los mejores de la gama- se venden todavía en pocos países.

Finalmente, por sistemas operativos, Android supera ya por 8 puntos a iOS. En este sentido, el sistema operativo de Google contaría con una cuota de mercado del 27,8%, frente al 19,5% que ostentaría el de Apple. Con estas cifras sobre la mesa, sorprenden las declaraciones de Heins, que está convencido de que «no son un buen modelo de negocio». Lo cierto es que a Blackberry no le ha ido nada bien su apuesta y quizá de ahí sus afirmaciones. Su tablet Playbook apenas vendió 150.000 unidades en un trimestre, un fracaso que supuso para la compañía 400 millones de euros en pérdidas.