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Android se pone al mando de los videojuegos

Iker Cortés / Colpisa MADRID

OCIO@

Google podría estar trabajando en una plataforma que unifique los videojuegos para su sistema operativo. La consola Ouya recibe el apoyo de más de 10.000 desarrolladores

28 abr 2013 . Actualizado a las 21:53 h.

Que el videojuego está cada vez más presente en nuestras vidas es un hecho. En noviembre de 2012, un estudio de hábitos de consumo elaborado por la consultora Ipsos llegaba a la conclusión de que el 48% de los europeos había jugado en los últimos doce meses a algún título y, lo que quizá es más importante, un 31% se definía como un «gran aficionado».

Parte de la culpa de ese avance que ha experimentado el sector en los últimos años es achacable a la Wii. La consola de Nintendo logró conquistar a padres y abuelos, nichos que hasta el lanzamiento de la máquina en 2006 permanecían ajenos al mundillo. Los smartphones, las tabletas y las redes sociales no han hecho más que consolidar ese creciente interés.

Pues bien, Google parece querer dar un paso más en el terreno del ocio electrónico en Android. La compañía podría estar trabajando en una plataforma que unifique los videojuegos para su sistema operativo, que marque ciertas pautas a los desarrolladores, tal y como hace el portal Game Center de Apple en iOS o como plantea Steam de Valve en los ordenadores personales.

De momento, el nombre en clave sería Google Games y se habría obtenido trasteando entre los archivos de My Glass, la aplicación que sirve para gestionar las gafas de realidad aumentada que los de Mountain View planean sacar a la venta en 2014. Gracias a los kits de desarrollo que se han enviado a los programadores inmersos en el proyecto se han descubierto algunas de las características que podría tener el nuevo servicio. Eso sí, Google no ha hecho todavía ningún anuncio oficial.

No es, sin embargo, la única carta a la que juega Android. El 4 de junio de este mismo año llegará al mercado Ouya, la primera consola basada en el sistema operativo móvil de Google -se ha anunciado también GameStick, que llegará al mercado en junio a un precio de 79 dólares-, pese a que la compañía no participa en su desarrollo.

Ouya se dio a conocer en agosto de 2012, a través de la página de crowdfunding Kickstarter. La idea era ofrecer una consola de sobremesa barata -se pondrá a la venta por 99 dólares- y que abrazase la filosofía del software libre. Esto es, la máquina llegará a las casas con el kit de desarrollo incluido, así que cualquiera podrá producir y publicar juegos para ella, evitando grandes desembolsos económicos. Además, según comentaban los artífices del invento, la máquina está pensada «para ser hackeada». Es decir, no habrá barrera alguna para que un desarrollador utilice la consola con cualquier otro fin. Así, se podría configurar para replicar consolas antiguas mediante emuladores o utilizarse como un reproductor multimedia por streaming. Apadrinada por Yves Behar, uno de los responsables del proyecto «Un portátil por niño»; Muffi Ghadiali, uno de los creadores del Kindle de Amazon, y Ed Fries, perteneciente al equipo que alumbró la Xbox 360 de Microsoft, la recaudación fue todo un éxito y obtuvieron casi 8,6 millones de dólares pese a que solo pedían 950.000.

A finales de marzo comenzaron a enviarse las primeras unidades a quienes habían puesto dinero en Kickstarter. Y los problemas no han tardado en llegar. La placa se desconecta en ocasiones, la respuesta de los mandos, que al parecer no son de la mejor calidad, es lenta y algunos botones se atascan haciendo que algunos títulos se vuelven injugables. Por otro lado, los juegos son free to play. Se trata de una nueva modalidad con la que ya están experimentando las distribuidoras y que consiste en que el usuario no necesita comprar el juego pero si quieren avanzar más rápido o acceder a ciertas características deben hacer micropagos.

En este sentido, muchos usuarios se han quejado de que la experiencia empeora notablemente por el bombardeo de ventanas con todo tipo de anuncios.

Finalmente, y en lugar de hacer uso de Google Play, la consola utiliza su propio ecosistema y por el momento solo hay 104 títulos. Algo relativamente lógico, teniendo en cuenta que el grueso de títulos para teléfonos y tabletas Android tendría que adaptarse ya que la gran mayoría de los juegos para móviles utilizan una pantalla táctil y no un mando tradicional.

La presidenta de Ouya, Julie Uhrman, ya ha salido al paso de las críticas, asegurando que las unidades enviadas hasta el momento no representan el producto final y que están escuchando a los usuarios. Ya han anunciado actualizaciones y soluciones que optimizarán la máquina, así como la implementación de almacenamiento externo para juegos, junto con la simplificación del proceso de instalación de éstos y un mayor número de opciones de pago. Lo que sí será más difícil es mejorar el rendimiento general de la consola. Y es que las primeras pruebas ya dejan claro que su potencia está por debajo de la de un Google Nexus 4, un Sony Xperia Z o el HTC One. Claro que un Ouya vale 100 dólares y el Xperia Z, 500. A quienes tienen que sacarle jugo a la máquina no les está importando. Esta semana la directora de relaciones con los desarrolladores, Kelle Santiago, aseguró que el proyecto cuenta ya con el apoyo de 10.000 desarrolladores.