Pero por algún lado hay que meter la cabeza. Y para los desarrolladores de aplicaciones, Android es la mejor alternativa. El 80 % de los dispositivos en España funciona con el sistema del robot verde que, en la venta de dispositivos, aventaja a los californianos. Es en él donde hay más capacidad de futuro. Más cabida para los profesionales de las tecnologías de la información. El CPETIG, consciente de ello, ha celebrado esta semana un ciclo sobre el sistema de Google, sus fundamentos, el modo en el que las aplicaciones se comunican entre sí y su seguridad. Una vez empapados de conocimiento llega la parte más difícil, el dilema de cómo hacer caja. Las aplicaciones de pago ya cuentan con una fuente directa de ingresos, pero ¿y las gratuitas? ¿de qué viven estos servicios que no le cuestan un duro al usuario? «El modelo de negocio por el que apostamos nosotros -revela Louro- es dar la oportunidad de jugar gratis e incluir micropagos dentro de la aplicación, con nuevos niveles, personajes... Así, el usuario decide cuando realiza la compra del contenido extra». La otra fórmula que comienzan a poner en práctica las compañías es la de incluir e integrar marcas dentro del juego, buscando alternativas y huecos por donde se puedan colar los ingresos, mientras los usuarios, que ayer desembolsaban 1 euro por cada SMS, siguen echándose a temblar cada vez que oyen hablar de los servicios de pago.