Las compañías líderes en innovación digital se han quedado desfasadas en términos de paridad, frente a una sociedad que reclama más igualdad de oportunidades
26 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.En el californiano Silicon Valley, epicentro de la industria tecnológica mundial, mandan sobre todo los hombres, ya que siguen siendo muy escasas las mujeres con cargo directivo. Las compañías líderes en innovación digital se han quedado desfasadas en términos de paridad, frente a una sociedad que reclama más igualdad de oportunidades. La excepción fue el nombramiento, en julio, de Marissa Mayer como consejera delegada de Yahoo, un trabajo que hasta 2009 ejerció Carol Bartz.
Si bien el acceso de mujeres a puestos ejecutivos en Estados Unidos es deficiente (sólo un 14,1 %), en el caso de Silicon Valley el porcentaje es inferior al 10 %. El estudio sobre las mujeres líderes en el mundo de los negocios, elaborado por la Universidad de California Davis en el 2011, subrayó que de las 113 empresas tecnológicas ubicadas en el condado de Santa Clara, donde se ubica el Silicon Valley, 42 carecían de mujeres entre sus puestos de máxima responsabilidad, destacando la compañía Apple.
«A este paso nos llevará 100 años conseguir paridad en el sector» comentó al respecto la consejera delegada de la organización sin ánimo de lucro para mujeres ejecutivas Watermark, Marilyn Nagel. Bien es cierto que tradicionalmente los trabajos tecnológicos han atraído más a los hombres, según constata Nagel, para quien ese factor no debería servir para justificar la desigualdad.
«La cualificación es lo primero. Es corto de vista pensar que solo por ser mujer alguien te va a contratar», afirmó Nagel. Curiosamente, sucede que algunas directivas no quieren oír hablar de la condición de mujer por ser algo que las diferencia en un mundo de hombres con el que se identifican y es también el suyo. La propia Mayer, aún cuando trabajaba en Google, declaró que no era una mujer de Google, sino un ?geek? (persona fascinada con la tecnología) en Google». Además, en ocasiones ocurre que las mujeres se ven como rivales en vez de como aliadas en estas empresas.