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La nueva cara de Facebook

Paulino Vilasoa Boo
P. Vilasoa REDACCIÓN / LA VOZ

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Los cambios que la red social implantará obligatoriamente destacan por su «Timeline», un diseño más cuidado y un control más detallado de la privacidad

11 feb 2012 . Actualizado a las 23:34 h.

Facebook cambia. Una frase repetida una y otra vez que despierta el temor de los usuarios de la red social, que nunca han sido grandes amigos de los cambios. Una de las últimas modificaciones es un buen ejemplo: una pequeña barra de últimos movimientos de nuestros amigos fue considerada por muchos una molestia por el simple hecho de existir, y convertida por otros en trending topic en Twitter, que la rebautizaron muy acertadamente como «un Facebook dentro del Facebook». Pero los nuevos cambios, que algunos ya han decidido establecer y otros conocerán de forma inminente, no tienen nada que ver con esas pequeñas modificaciones. Ahora sí, Facebook se renueva. Al menos, en lo referente a nuestra página de perfil.

Lo primero que hay que entender con respecto al nuevo perfil es su cambio de filosofía. Nuestra página principal ya no será un resumen de nuestros últimos movimientos, sino una verdadera carta de presentación, en la que la personalización de forma y el contenido van a definir la imagen que proyectamos hacia las personas que accedan a él. Una personalización que incluye un control de privacidad detallado y ayudará especialmente a las personas que, llegado un momento, sientan la necesidad de separar, por ejemplo, su vida privada de la profesional sin necesidad de abrir otra cuenta independiente.

La primera impresión cuenta

A primera vista, el nuevo perfil llama la atención por la denominada imagen de portada. Nuestra imagen de perfil pasa a un segundo plano y gana protagonismo una imagen horizontal que ocupa prácticamente todo el ancho de nuestra página. Una fotografía o ilustración evocadora, llamativa o provocadora que pasará a ser el cabecero de nuestra nueva página, a modo de portada de revista y, por tanto, la primera imagen que tendrá de nosotros quien acceda a nuestro perfil. Con esto, Facebook responde a esa demanda generalizada de quienes veían demasiado limitada la personalización del diseño.

Privacidad a la carta

La imagen de portada forma parte de un bloque donde, junto con accesos directos a los datos personales, fotografías o intereses, se encuentra también una de las principales novedades para los usuarios ávidos por su privacidad y con el que la red social parece pretender evitar todas las rupturas amorosas o laborales que ha producido en los últimos años. Registro de Actividad permite ver una lista de todas nuestras publicaciones y controlar quién puede ver cada una de ellas. Con esta herramienta, y dividiendo a nuestros «amigos» en grupos (por ejemplo: familia, colegas, compañeros de trabajo, etc.), podremos llevar tantas vidas diferentes como queramos y hacer que cada usuario, según lo que hayamos decidido, pueda ver una u otra otra con respecto a nuestras actualizaciones en Facebook.

Toda nuestra vida pasando por delante

Estas mejoras en la privacidad no son casuales, sino que se adelantan a los problemas y suspicacias que se podrían derivar (y se derivarán) del cambio más reseñable: el Timeline, traducido al español como Biografía. Y es básicamente eso. Nuestra vida en Facebook. En dos columnas, todas nuestras publicaciones desde que abrimos la cuenta en la red social hasta el día de hoy, con la posibilidad de enriquecerlas a través de unas aplicaciones adaptadas a la red social, tales como Spotify, Soundcloud, juegos o canales de noticias.

Además, a partir de ahora, rememorar un comentario del pasado será más directo. Bastará con acceder a un menú y elegir, por ejemplo, 2008 para que se despliegue automáticamente toda nuestra actividad de ese año. ¿El problema? No solo nosotros podemos hacerlo, sino cualquier amigo con un ápice de curiosidad.

Para subsanar o potenciar este anzuelo para la curiosidad ajena, el Timeline permite ocultar publicaciones de las que nos arrepentimos, destacar las importantes o, quizás lo más sorprendente, añadir publicaciones en épocas anteriores, en lo que podríamos denominar la prehistoria del Facebook, antes de que hubiésemos abierto la cuenta. Aquel viaje al que fuimos en el instituto o un vídeo que encontramos en Youtube del concierto en que estuvimos en 2005.

Qué pensarán los usuarios

Ahora habrá que ver cómo se lo toman los usuarios de Facebook. Un estudio de Sophos calcula (con no demasiado rigor científico) que el 51 % de los usuarios están preocupados por estos cambios. Más que nada porque las posibilidades son muchas y positivas, pero no es tan positivo el tiempo necesario para dejarlas al gusto de cada uno y con la privacidad adecuada. Facebook da 7 días de margen para que los usuarios puedan personalizar su perfil antes de que este esté disponible para el resto de internautas, pero no es suficiente para ordenar toda una vida. Y preocupante también porque, a medida que indagamos en nuestra cronología, no solo los usuarios habituales, sino también aquellos que pensaban que no tenían demasiada actividad, se darán cuenta de lo mucho (demasiado) que han compartido con la gente.

Adelantándonos a los acontecimientos, podríamos decir que los cambios suscitarán muchos «No me gusta» entre los usuarios, pero no hay duda de que estos cambios, gusten o no gusten, llevan a Facebook a un nuevo nivel de madurez dentro de las redes sociales.