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Steve Jobs, visiones y realidad

OCIO@

06 oct 2011 . Actualizado a las 14:00 h.

En la lotería de la vida, a Steve Jobs le ha tocado dejar este mundo con 56 años. Pero le bastaron los últimos catorce para cambiar radicalmente no solo el mundo de la tecnología, sino cómo trabajamos y nos comunicamos. En 1997 volvió a Apple, la empresa que había fundado y que sobrevivía sin pena ni gloria desde que Jobs la abandonase doce años atrás, hasta el punto de que su entonces rival Microsoft ayudó a salvarla de la bancarrota con una inyección de 150 millones de dólares. Jobs no inventó el ordenador de sobremesa, pero lo rediseñó uniendo la pantalla y la CPU, un ejercicio de minimalismo y eficiencia (escritorios más limpios) firmado por Jonathan Ive, que sería la marca de la casa de todos los gadgets posteriores de la compañía de la manzana. Tampoco inventó el mp3, pero fue con la aparición del iPod -el próximo 23 de octubre se cumplen diez años- cuando este formato despegó y reventó la industria musical, que desde entonces se mueve alrededor de las descargas (piratas o de pago) por Internet.

A la telefonía llegó con una década de retraso, ya que los móviles se habían popularizado entre las clases medias a partir de mediados de los años 90, pero una vez más cambió las reglas del mercado. Todavía hoy sobrecoge ver la keynote del primer iPhone, en enero del 2007: «Hoy vamos a presentar tres productos revolucionarios en su clase -anunció un Jobs vestido con su look habitual: tenis, vaqueros y polo de cuello de cisne-. El primero es un iPod de pantalla panorámica con controles táctiles. El segundo es un revolucionario teléfono móvil. Y el tercero es un rompedor dispositivo de comunicación por Internet. Así que tres cosas: un iPod, un móvil y un dispositivo de Internet; un iPod, un móvil y un dispositivo de Internet... ¿Lo cogéis? No son tres dispositivos por separado, es uno. Y lo llamamos iPhone. Apple va a reinventar el teléfono».

Apple no solo reinventó el móvil, sino que lo convirtió en un aparato en el que hablar por teléfono era lo de menos. Hoy el móvil es el nuevo ordenador. Y mientras el resto de los fabricantes se afanan en presentar una lista de especificaciones mayor que la del iPhone o la de iPad, la firma de Cupertino continúa introduciendo innovaciones. La última, el asistente personal Siri, fue lanzada anteayer, sólo un día antes del fallecimiento de Jobs. Cuando todo el mundo ha conseguido incorporar la tecnología táctil-multitouch (y les ha costado cuatro años), Apple ya está probando cómo interactuar con los dispositivos sin necesidad de tocarlos, sólo con la voz. Se habla de Steve Jobs como un visionario, pero más bien habría que definirlo como el hombre que hizo realidad esas visiones y las puso al servicio del usuario, en un envoltorio práctico y bonito.