Brin, cuya labor en Google se centra en el desarrollo de nuevos proyectos, ya anticipó que la compañía se va a volcar en ser más social.
«Lo hecho hasta ahora es solo la punta del iceberg», afirmó Brin.
Más allá del desarrollo de ideas, el nuevo director ejecutivo de Google tendrá que lidiar con asuntos más áridos pero no menos trascendentes, como las investigaciones por prácticas monopolísticas en EEUU y Europa. Entre otras cosas, Google ha sido acusado de alterar los resultados de su buscador para minimizar el impacto que tienen los servicios que ofrecen sus competidores, así como de imponer cláusulas abusivas a sus anunciantes. La empresa además se ha enfrentado a demandas por atentar contra la privacidad durante la elaboración de su sistema de mapas.