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Bill Gates, cerebrito, visionario y poderoso estratega

Christoph Dernbach

OCIO@

A partir del 1 de julio quiere concentrarse en su filantrópico trabajo para la Fundación Bill & Melinda Gates.

27 jun 2008 . Actualizado a las 13:22 h.

Bill Gates dejó su puesto como director de Microsoft hace ya ocho años en manos de su compañero Steve Ballmer. Ahora, el cofundador de Microsoft se retira definitivamente de la actividad diaria del gigante de software.

Genio de las computadoras, bicho raro, «cerebrito», visionario y estratega de los negocios, existen diversas descripciones de este hombre que ha hecho cambiar radicalmente la vida diaria de muchos millones de personas en los últimos 30 años.

A partir del 1 de julio quiere concentrarse en su filantrópico trabajo para la Fundación Bill & Melinda Gates, que se implica sobre todo en la lucha contra enfermedades.

Ninguna otra personalidad de la rama de las tecnologías de la información creyó tan pronto y trabajó de forma tan decidida por que el ordenador pudiera ser utilizado por cualquiera de forma natural. A comienzos de los años setenta, sólo expertos en universidades, grandes empresas y militares tenían acceso a las grandes máquinas computadoras. La revolución se hizo pública cuando a finales de 1974 la microcomputadora «Altair 8800» apareció en la portada de la revista «Popular Electronics».

Bill Gates y su compañero de estudios Paul Allen estaban como alucinados. «Leímos excitados la noticia del primer computador personal y, aunque no teníamos una idea clara sobre ello, enseguida nos dimos cuenta de que nos cambiaría a nosotros y al mundo de la computación. Luego se comprobaría que teníamos razón. La revolución ha tenido lugar y ha cambiado la vida de millones de personas», escribió Gates en su libro «Camino al futuro».

Gates interrumpió sus estudios en Harvard para crear la empresa Microsoft con Paul Allen. Sin embargo, en esos primeros días de la industria de la tecnología de la información, tuvo suerte. Por casualidad, Gates recibió el encargo de proveer de un sistema operativo al primer ordenador personal (PC) de IBM - un sistema que en ese momento no poseía. Gates prometió «el oro y el moro» a la delegación de IBM y solucionó la precaria situación comprando los derechos de un sistema llamado «Qdos» por 50.000 dólares a la empresa Seattle Computers Products (SCP), para atender a IBM.

Gates renombró el sistema como «MS DOS» («Microsoft Disc Operating System») y continuó su desarrollo. A mediados de los años 80, Microsoft tuvo que pagar tras un litigio legal con SCP cerca de un millón de dólares, debido a que Microsoft calló el nombre del gran cliente IBM y con ello obtuvo astutamente el sistema «Qdos».

Posteriormente, Bill Gates se ha visto siempre expuesto a los reproches de no haber realmente innovado de manera independiente, sino de haber copiado de otros.

Con «DOS», Gates no sólo colocó los cimientos para el éxito de Microsoft y su fortuna personal, sino que creó la industria del software. Con el paquete de programas de oficina «Office» y el sistema operativo «Windows» la empresa se convirtió en las décadas siguientes en un imperio descomunal de software. Aún hoy, Microsoft obtiene sus ganancias casi exclusivamente de «Office» y «Windows», a pesar de que la empresa posee una paleta de productos casi inabarcable y que va desde sistemas para grandes computadoras hasta, reproductores MP3 («Zune»), sin éxito hasta ahora.

Alrededor de Microsoft se ha creado un ecosistema propio: «Por cada dólar que saca de beneficio Microsoft, ganan nuestras empresas asociadas 7,79 dólares», calculaba recientemente el gigante de software. Según esta información, más de 640.000 empresas del entorno Microsoft en todo el mundo, con 14,7 millones de empleados, lograron beneficios por valor de 425 mil millones de dólares en 2007.

Aunque Gates siempre estuvo dispuesto a repartir el éxito de Microsoft con sus socios, tampoco le dio miedo aplicar de forma brutal el poder que ejerce su empresa en el mercado. Cuando, a principios de los años 90, Microsoft se quedó dormida ante la importancia que ganaba Internet, Gates tramó la «guerra de los navegadores». Este episodio es un ejemplo de las prácticas mercantiles,repetidamente denunciadas en público, del consorcio.

Gates es un «hombre de negocios sin escrúpulos, que gana poder gracias a sus triquiñuelas técnicas y que no sabe parar». De esta forma caracterizan los autores norteamericanos Jim Erickson y James Wallace a «Mr. Microsoft». La entonces secretaria de Justicia, Janet Reno, lamentó que «Microsoft utilizara su monopolio de manera ilegal para defender y ampliar su reinado en solitario». Tras la victoria electoral de George W. Bush frente a Al Gore en 2001, Microsoft se libró, sin embargo, de un amenazante aplastamiento.

En esta fase, a Gates le resultó difícil desempeñar su papel como líder del consorcio. En reuniones interminables tuvo que diseñar junto con una corte de juristas la estrategia de defensa de Microsoft, en vez de poder concentrarse en nuevos productos. Su aparición en el proceso, donde lidió contra ataques injustos por parte de la competencia, hizo dudar a algunos observadores de la credibilidad de Gates. El descontento de Bill Gates con su propio papel pudo haber sido el causante de su dimisión como director general, para concentrarse posteriormente en el cargo de «director de arquitectura de software».

Sin embargo, las querellas por los procedimientos del cártel apenas perjudicaron la valoración pública de la aportación en vida de Gates: esto se debe a que muchos cientos de miles de accionistas se beneficiaron del crecimiento de la empresa de Gates. Quien hubiera comprado cien acciones de Microsoft en su salida a bolsa el 13 de marzo de 1986 por 2.800 dólares y aún las conservara, poseería hoy, tras diversos fraccionamientos de las acciones, 28.800 acciones de Microsoft con un valor total de unos 830.000 dólares. A finales de 1999 esas mismas acciones hubieran supuesto más de 1,4 millones de dólares.

Bill Gates encabezó13 veces la lista de personas más ricas del mundo según la revista norteamericana de economía «Forbes» entre 1996 y 2007. Con una fortuna valorada en 58 mil millones de dólares, cayó este año al tercer puesto. En las próximas décadas destinará una gran parte de su patrimonio a la Fundación Bill & Melinda Gates. Gracias a ello, no sólo entraría a formar parte de la historia como pionero de la industria del software, sino también como uno de los mayores donantes de la humanidad.