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La CE obliga a Microsoft a cambiar Windows en tres meses

Agencias

OCIO@

La Comisión Europea ha zanjado su proceso contra Microsoft por abuso de posición. Le impone la una sanción histórica de 497 millones de euros, y obligará a la multinacional a reformar en tres meses el sistema operativo 'Windows' comercializado en la UE.

24 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Tras cinco años de investigación, la Comisión Europea zanjó hoy su proceso contra Microsoft por abuso de posición dominante mediante la sanción económica más alta de su historia --497,2 millones de euros-- y la exigencia de reformar en tres meses el sistema operativo 'Windows' comercializado en la UE, e instalado en la mayoría de los ordenadores personales. La multinacional de Redmon (Estados Unidos) recurrirá la decisión ante el Tribunal de Primera Instancia de la UE lo que puede aplazar la solución efectiva del caso varios años. «No es una decisión a la ligera. Hemos sido extremadamente cuidadosos con la calidad del proceso de decisión, y escrupulosamente respetuosos con los derechos de las partes», advirtió el comisario europeo de Competencia, Mario Monti, anticipándose así a los argumentos con que los abogados del gigante estadounidense podrían buscar la revocación judicial del dictamen. Bruselas ha impuesto a la compañía una sanción de 497,2 millones de euros, equivalente al 1,68 por ciento de su cifra total de negocios o el 8 por ciento de su facturación en Europa, Africa y Oriente Medio. Las directrices de Competencia permitían a la Comisión un multa de hasta el 10 por ciento de la cifra total de negocios, unos 2.500 millones de euros, pero, cumpliendo el pronóstico, Monti no apuró el castigo. Pese a ello, se trata de la mayor sanción jamás impuesta por la Comisión a una sola empresa. Sólo se le acerca la recibida en 2001 por la farmacéutica Hoffamn-La Roche, 462 millones de euros, pero en este caso Bruselas castigaba su participación en un cártel ilegal, una práctica sancionada con más dureza que el abuso de posición dominante. En este ámbito, el antecedente más elevado es el de la sueca Tetra Pak, multada con 71 millones de euros en 1991. Paralelamente, y al objeto de garantizar un rápido cumplimiento de la normativa europea, la Comisión ordenó a Microsoft que distribuya en la UE, en un plazo de 90 días, una versión del sistema operativo Windows que no incluya el reproductor multimedia 'MediaPlayer', de forma que el consumidor tenga libertad para elegir el reproductor de Microsoft o de alguno de sus competidores. Asimismo, le instó a proporcionar a sus rivales, en un plazo de 120 días, las claves de programación necesarias para que sus productos sean compatibles con el casi universal 'Windows'. «No tengo razones para pensar que no se cumplirán los plazos», aseguró Monti. Microsoft no parece compartir su opinión. Su vicepresidente, Brad Smith, adelantó hoy que la compañía recurrirá la decisión ante el Tribunal de Primera Instancia de la UE y le solicitará la suspensión del dictamen comunitario. Los jueces europeos deberán evaluar la conveniencia de tal suspensión. FRACASO DE LAS NEGOCIACIONES Así las cosas, el pulso entre el líder mundial de la informática y el Ejecutivo comunitario parece aún lejos de terminar. Los trabajos del Tribunal de Primera Instancia carecen de plazos fijos, pero podría prolongarse durante años. Además, fuentes comunitarias no descartan que, de forma paralela al proceso judicial, las autoridades comunitarias y los representantes de la compañía retomen las conversaciones interrumpidas la semana pasada, con vistas a encontrar solución amistosa. En principio, la cuantía de la multa no es un escollo importante. Pese a considerar la sanción «injustificada», Microsoft, cuya liquidez asciende a cerca de 50.000 millones de dólares (unos 41.000 millones de euros), no debería tener problemas mayores para abonar los 497 millones de euros que le exige Bruselas. El verdadero enfrentamiento se centra en las reformas técnicas, que podrían alterar la estrategia de negocio de Microsoft no sólo en Europa, sino en otros mercados, como el asiático, donde el dictamen de comunitario podría ser un difícil precedente para la compañía. Durante varios meses de negociaciones, Bruselas exigió permanentemente la separación entre 'Windows' y 'MediaPlayer', mientras que Microsoft sólo accedió a acompañar la distribución de su sistema operativo, con la de los reproductores rivales. Tampoco hubo consenso en lo que respecta a la cantidad de información que debería compartir con sus rivales para garantizar la compatibilidad de 'Windows'. Para marcar posiciones ante la nueva fase de la disputa, Monti subrayó hoy que 'Windows' y 'MediaPlayer' deben desvincularse puesto que son programas diferentes, y recordó que la propia Microsoft permite la comercialización separada del reproductor. Además, aseguró que la exigencia de compartir información respeta los derechos de propiedad intelectual de la compañía. Por su parte, el presidente de Microsoft, Steve Ballmer, sostuvo que las concesiones realizadas por la compañía durante las frustradas negociaciones ofrecían más alternativas para los consumidores europeos y más oportunidades para las compañías de 'software' que las modificaciones exigidas por las autoridades europeas. «Hemos trabajado duramente para alcanzar un acuerdo que solucionara las preocupaciones de la Comisión Europea y todavía nos permitiera innovar y mejorar nuestros productos para los consumidores», señaló Ballmer. «Respetamos la autoridad de la Comisión, pero creemos que nuestra propuesta de arreglo de la semana pasada habría ofrecido más elecciones y beneficios a los consumidores», añadió. SUN MICROSYSTEMS, SATISFECHA Por su parte, el fabricante estadounidense de 'software' Sun Microsystems, que desató la investigación de la Comisión Europea al denunciar a Microsoft en diciembre de 1998, mostró hoy su satisfacción por la multa impuesta al gigante de Redmond, al entender que tanto los consumidores como la industria de las Tecnologías de la Información (TI) saldrán beneficiadas de la misma. «Sun aplaude la decisión de la Comisión tras una investigación exhaustiva», señaló en un comunicado su vicepresidente de Asuntos Legales, Lee Patch. «Esta decisión sienta un precedente y es importante para los consumidores no sólo en Europa, sino también para mejorar la innovación y la competencia en todo el mundo», añadió Patch. Sun calificó de «enormemente significativa» para los consumidores y la industria la decisión de Bruselas de obligar a Microsoft a que revele información que permita la interoperabilidad entre los ordenadores con el sistema operativo 'Windows' y los servidores de grupos de trabajo de sus competidores. «Por primera vez en muchos años, los administradores de Tecnologías de la Información podrán elegir entre una variedad de servidores de grupos de trabajo, con la confianza de que podrán interoperar con los escritorios de Microsoft», prosiguió el ejecutivo de Sun. Finalmente, Sun mostró su optimismo por las posibilidades que la decisión europea abre respecto a los «principios de una competencia abierta» en la industria TI, y apuntó que se traducirán en «beneficios tangibles» para los consumidores de todo el mundo. El caso Microsoft arrancó a finales de 1998 cuando Sun denunció que Microsoft no había suministrado la información sobre interfaces que necesitaba para desarrollar productos que pudieran «dialogar» con 'Windows' y así competir en igualdad de condiciones. La investigación de la Comisión reveló que Sun no era la única empresa a la que se había negado esta información y que esta negativa de Microsoft a divulgar información formaba parte de una estrategia más amplia pensada para expulsar del mercado a los competidores.