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El cerco rechaza que Pesca cierre de golpe la sardina y sin agotar la cuota

somos mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

MARCOS MÍGUEZ

«É inxusto» que se emplee el sobrante para corregir la sobrepesca de otros

27 nov 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

«En 35 anos de mar, na vida vin o que está pasando agora». El ánimo de Martín Domínguez, patrón mayor de Portonovo, entre el hastío y el enfado, acusaba ayer dos días de llamadas de armadores a los que era incapaz de dar una razón de por qué se ha cerrado definitivamente la pesquería de sardina cuando todavía hay cuota. Con menos vehemencia, pero con idéntico malestar, Isaac Gaciño, patrón mayor de Portosín, intentaba recabar de la Administración —sin mucho éxito— una respuesta a un «peche que non esperabamos todavía».

Desde la pasada medianoche no se puede pescar sardina. Sin mediar consulta ni advertencia, la Secretaría General de Pesca decretó de golpe el cierre definitivo de la pesquería desde el golfo de Vizcaya al golfo de Cádiz para toda la flota que la explota: el cerco, racú y piobardeira y xeito, en el Cantábrico Noroeste, y el cerco en el Atlántico andaluz. Así es que, a partir de hoy, solo se permite la captura accidental de la especie para evitar los descartes en otras pesquerías pelágicas, como la xarda, el jurel o la anchoa. Y en todo caso, esas pescas incidentales e inevitables no podrán suponer más del 15 % respecto al total de las otras capturas pelágicas que se desembarquen.

La decisión ha tenido el efecto de un jarro de agua fría sobre la parte del sector del cerco que todavía podía dedicarse a la sardina. Un shock inicial, al conocer un cierre que no esperaban hasta dentro de tres semanas (el fin de la campaña estaba fijado para el 18 de diciembre), que mutó en indignación y profundo malestar porque se ha decretado cuando todavía queda cuota en la bolsa común a la que en octubre pasado fueron a parar las posibilidades de pesca que no había consumido parte de la flota.

Según datos de la Administración, de ese «sobrante de optimización», como se denomina a la bolsa común, se ha consumido en un 75 % y quedarían 322.933 kilos por capturar. También los barcos del golfo de Cádiz disponían de 124.270 kilos. Sin embargo, en el cómputo total, se ha pescado un 4 % por encima de las posibilidades que tenía la flota nacional y, por lo que entiende el sector, el cupo que todavía estaba disponible se va a usar para cubrir la sobrepesca en que han incurrido parte los pesqueros del Cantábrico Noroeste, que han descargado un millón de kilos más de los que podían.

Penalización

Pero los armadores de buques que han respetado sus cuotas y que ahora estaban aprovechando los sobrantes, se resisten a aceptar «que nos corten a nós a bolsa para atallar a sobrepesca dos demais. É inxusto», como señala uno de los afectados. Supone una «penalización ao que respectou os cupos», añade.

El cierre repentino de la campaña aboca al amarre de decenas de barcos que, a falta de jurel y sin xarda, iban tirando con la poca sardina. En Portonovo, por ejemplo, aunque la mayor parte de la flota está parada, «había moitos barcos pequenos, con 7 ou 8 homes, con cota e agora, da noite para a mañán, chega este peche inesperado cando se dixera que se irían modulando os topes diarios para poder chegar ao fin da campaña», lamenta Martín Domínguez. El patrón mayor señala que la decisión no solo perjudica a los que amarrarán y perderán a los tripulantes, sino también a «maioristas, atadoras, camioneros, traballadores da lonxa...» Todo un quebranto que, subraya Martínez, se debe «a que a xente que manda non é xente de mar, é xente que non sabe onde ten a man dereita».

Pesca no ha respondido a la petición de información sobre el cierre de la pesquería planteada por este periódico.