Patrocinado porPatrocinado por

La veda impuesta a la pesca para proteger delfines ya no coincide con el mes de más varamientos

S. Serantes REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Un delfín varado a principios de octubre en la costa gallega, en A Gándara (Narón).
Un delfín varado a principios de octubre en la costa gallega, en A Gándara (Narón).

Desciende la mortandad de cetáceos en las costas francesas: 919 este año frente a los 1.765 del 2023

18 nov 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Para proteger delfines y la biodiversidad, con el beneplácito posterior de la Comisión Europea, Francia vedó este año la pesca con determinadas artes en su zona económica exclusiva atlántica, de la Bretaña a la desembocadura del Bidasoa, abarcando el golfo de Vizcaya y parte del mar Cantábrico. Del 22 de enero al 20 de febrero prohibió a barcos de cualquier país faenar con redes de arrastre pelágico, de arrastre de fondo a la pareja, de cerco con jareta, de enmalle de fondo y trasmallos. El cierre se repetirá en el 2025, ahora mediante una norma que emana directamente de la Comisión Europea. Bruselas mantiene el mismo período, si bien ya no coincide con el mes de más varamientos, según los datos del observatorio francés Pelagis.

Accidentalmente, entre otros momentos cuando se lanzan a por el pescado atrapado en los aparejos, los delfines puedan resultar dañados o acabar enredados. Posteriormente, sus cuerpos aparecen en las costas, donde los investigadores del organismo científico galo calculan que el 75 % de los que encuentran han perecido por causas relacionadas con la pesca profesional.

Las estadísticas de Pelagis revelan que la mortandad del delfín común en al litoral atlántico galo ha disminuido este año casi a la mitad, mientras en Galicia la Coordinadora Ecoloxista para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) registra más. Si durante el 2023 aparecieron varados 1.765, en lo que va de año se han registrado 919. Estadísticas de Pelagis registran el hallazgo de 17.113 de esos cetáceos desde 1969. Las alarmas saltaron en el 2019, cuando anotaron 1.145, y se agudizaron con los 1.300 del año siguiente. Muy superiores a los 415 del 2014 y a los 226 del 2015, pero también por encima de los 620 del 2017 o los 716 del 2018. Se redujeron en el 2021, con 902, y en el 2022, con 755.

Los informes de Pelagis son una de las referencias de la Comisión Europea y de los consejos consultivos directamente implicados en la protección de los delfines, como el Comité Científico, Técnico y Económico de Pesca (STECF, por sus siglas en inglés). La veda que firma la presidenta comunitaria Ursula von der Leyen mantiene en el 2025 la veda en aguas francesas entre el 22 de enero y el 20 de febrero, pese a que durante este año y el pasado los varamientos en la costa atlántica francesa se disparan en marzo, con cerca de 700 el año pasado y más de 300 este año.

Cambió la tendencia porque en el 2022 el pico se registró en febrero, con cerca de 300, igual que en el 2021, con una cifra similar. Algo más de 500 anotaron en el segundo mes del 2020, pero el año anterior fue en marzo cuando aparecieron más delfines varados (cerca de 450 por más de 300 en febrero). Durante el tercer mes del año también se marcaron los máximos del 2018 (cerca de 250) y del 2017 (más de 350). Y en el 2016 el tope fue en febrero, con cerca de 250.

Oenegés retomaron e intensificaron la presión ante la Comisión Europea, que solicitó asesoramiento a los investigadores del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) y emplazó a los Gobiernos nacionales a adoptar medidas. Comenzaron exigiendo a los pesqueros disuasores acústicos, con idea de alejar a los delfines de los aparejos, y este año se impuso una veda que, según las previsiones del Gobierno español, afectaría a 41 barcos de pabellón nacional. La parada forzosa la sortearon 20, trasladándose a otros caladeros. A los 21 que amarraron acaba de ofrecerles el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación compensaciones que podrán cobrar casi un año después de verse privados de ingresos.