Patrocinado porPatrocinado por

La «primera evidencia científica de la fidelidad» del atún patudo al Cantábrico

S. S. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

El atún patudo marcado por Azti cuando lo capturó por primera vez un pescador recreativo
El atún patudo marcado por Azti cuando lo capturó por primera vez un pescador recreativo Azti

Esta especie tropical que habita aguas cálidas en todo el mundo parece seguir los patrones migratorios del bonito del norte y del atún rojo

11 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Más que el amor a sus congéneres, el calentamiento de los océanos y alimentos que les gustan tanto como el bocarte y otros pequeños pelágicos explicarían lo que el centro tecnológico vasco Azti presenta como «la primera evidencia científica de la fidelidad del atún patudo» a las aguas del Cantábrico. De nombre científico Thunnus obesus, esta especie tropical que habita aguas cálidas en todo el mundo parece seguir los patrones migratorios de sus parientes, el bonito del norte (Thunnus alalunga) o el atún rojo (Thunnus thynus).

«Inéditos sobre la distribución de una especie poco estudiada en esta región oceánica» son los datos que ha recopilado Azti gracias a la recaptura de un patudo, un túnido de «gran valor gastronómico». Todo comenzó el 30 de julio del año pasado, durante una jornada de pesca recreativa organizada por la asociación Arraindenok en colaboración con Azti. A bordo de la embarcación Julenimanol, con base en Hondarribia, el aficionado Imanol Ansa cogió un patudo que fue marcado con un método «tipo espagueti, una tecnología sencilla que facilita el seguimiento del crecimiento y movimientos de los túnidos», explica el centro tecnológico en un comunicado.

El siguiente capítulo de la historia lo escribió el pasado 30 de junio el pesquero San Fermín Berria, que volvió a pescar el mismo patudo a unas 26 millas de Suances, en Cantabria, a unos 185 kilómetros al oeste del primer. Al verlo marcado, los pescadores profesionales lo comunicaron y Azti pudo comprobar que en once meses había crecido nueve centímetros y engordado cuatro kilos, hasta pesar 10,5.

El hallazgo aporta «una nueva evidencia de la ‘fidelidad’ del patudo a estas aguas, sugiriendo que podría regresar anualmente o residir de forma continua en la zona», señala Azti.

«Cada recaptura nos proporciona una ventana única sobre los patrones migratorios, crecimiento y hábitos alimenticios de especies menos comunes, como el patudo», comenta Íñigo Onandía, investigador de Azti y experto en marcaje de túnidos. Datos relevantes porque, subraya el científico, «permiten mejorar la gestión y conservación de los túnidos, favoreciendo la sostenibilidad de las pesquerías».