Pescan con anzuelos de impacto mínimo en los ecosistemas vulnerables 41 de los 77 barcos españoles que resisten en esas aguas
02 nov 2024 . Actualizado a las 04:45 h.Incesante continúa el goteo de bajas en la flota de bandera española que faena en los caladeros comunitarios de Gran Sol. Cinco han caído en los últimos meses, con lo cual resisten 77, de los cuales 57 tienen base en puertos gallegos. Los registros oficiales, contrastados con informaciones de los pescadores, confirman la sangría en una flota que hace 38 años conformaban 460 barcos. También certifican la apuesta española por la pesca considerada más selectiva, la de los anzuelos que emplean —para capturar principalmente merluza— los pincheiros, antes llamados palangreros de fondo, aunque en realidad la ciencia los considera palangreros demersales. Nada menos que 41 de estos capean el temporal de las 87 vedas impuestas por la Comisión Europea, pese a las evidencias de su mínima incidencia en los ecosistemas vulnerables.
Científicos, pescadores y autoridades advirtieron repetidamente a Bruselas que no podía tratarlos como a los arrastreros de fondo, pero el anterior eurocomisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca cerró los ojos y tapó los oídos. Del impacto de estas artes móviles sí hay investigaciones que pueden contribuir a mejorar su sostenibilidad. En Gran Sol enarbolan pabellón español 25 arrastreros.
Por el veto a cualquier arte en contacto con el suelo marino en cantiles de España, Portugal, Francia e Irlanda y, también, porque las capturas con volanta de fondo son considerablemente superiores, algunos pincheiros se han reconvertido en volanteros. De momento ya son 11 de bandera española en aguas comunitarias del Atlántico noroccidental, donde comparten caladeros con otros volanteros de armadores nacionales y pabellón de países como Francia, Irlanda o el Reino Unido.
Las últimas bajas
Desde marzo, cuando en Gran Sol quedaban 84 barcos de bandera española, han sido dados definitivamente de baja el Nuevo San Juan (con base oficial en Burela y que naufragó el año pasado), el Flecha (Celeiro), el Alannah Riley (A Coruña), el Manolo del Terín (Vigo) y el Intxorta Mendi (Ondárroa). Gestionado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el Registro General de la Flota Pesquera también da cuenta de la baja provisional de un pesquero histórico en estos caladeros: el Valle Fraga, de Burela.
Desde el sector confirman que caerán más, pendientes de negociaciones para deshacerse de otros buques españoles que operan en unas aguas míticas por la dureza de los temporales y, sobre todo, por su riqueza piscícola.
Panorama en puertos gallegos
Aunque no todas se corresponden con los puertos donde descargan y venden sus capturas, y pese a que el registro pesquero español no diferencia si los de artes fijas son pincheiros o volanteros, oficialmente tienen base en Galicia 31 de los 41 pincheiros de bandera nacional, 16 de los 25 arrastreros y los 11 volanteros.
Burela se consolida como líder indiscutible del pincho, con 17 barcos de esta modalidad, más dos arrastreros y un volantero. Donde más se ha notado la reconversión del palangre a la volanta ha sido en Celeiro, que conserva once pincheiros, ocho volanteros y un arrastrero. Vigo cuenta con diez arrastreros y un volantero, y en A Coruña quedan tres arrastreros y un palangrero. Completan el listado gallego un volantero en Cedeira, y dos pincheiros, uno con base en Cariño y otro en Ribeira.
País Vasco, Asturias y Cantabria
Entre las otras tres comunidades del Cantábrico, sobresale en Gran Sol el puerto vasco de Ondárroa, con ocho arrastreros y tres pincheiros. Santander es el único cántabro con buques en esas aguas: un palangrero y un arrastrero. Y con base oficial en Asturias el ministerio registra tres pincheiros en Avilés, y solo uno en Gijón, Puerto de Vega y Luanco.
Aplazan el intento de librar del veto a una flota que apenas impacta en los ecosistemas
Las 87 vedas a toda la pesca de fondo las justifica la UE por proteger espacios situados entre 400 y 800 metros de profundidad, calificados de vulnerables porque se sabe, o se supone, que puede haber esponjas, plumas o corales. Avalada por diferentes informes científicos que acreditan el «impacto no significativo» de los pincheiros, España trata de intentar librarlos cuanto antes. Desde el Consejo Consultivo para las Aguas Noroccidentales, del que también forman parte los Gobiernos de Bélgica, Francia, Irlanda y los Países Bajos, impulsó una recomendación con idea de esgrimir ante la Comisión las investigaciones que demuestran lo que sostienen los pescadores: el despropósito de vetar al palangre por la incidencia del arrastre. Pero el debate se ha aplazado.
Tras un primer análisis, este dictamen lo están evaluando el Consejo Consultivo de Aguas Sudoccidentales, otro órgano asesor de la UE del que forman parte España, Portugal, Francia, los Países Bajos y Bélgica. El objetivo español es que estos dos consejos apelen juntos a Bruselas.
Mientras tanto, sigue pendiente la sentencia de la Justicia comunitaria sobre las demandas de anulación de las vedas, presentadas por España y por la Organización de Productores Pesqueros de Burela. Y la Comisión no solo vuelve a incumplir su obligación de revisarlas anualmente, sino que esperará al menos hasta finales de marzo, cuando el Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca (STEFC) prevé publicar su informe del impacto socioeconómico de los vetos.