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La flota vasca busca hacer cantera a bordo para amarrar el relevo profesional

E. abuín / S. serantes REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

PEPA LOSADA

Plantea dar a los patrones formación en gestión de equipos para captar mando

30 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El devenir pesquero se ha complicado tanto que la flota española se encuentra en una encrucijada. ¿Qué camino seguir? ¿El del desguace, ahora que los números rojos se han generalizado y el panorama se presenta sombrío? ¿O mejor hacer frente al temporal, hacer gala de esa resiliencia que siempre ha mostrado y continuar? Aunque se apueste por el camino difícil, el de seguir contra viento y marea, no es un camino tan fácil. Para empezar, falta mano de obra. No hay relevo generacional en la pesca. En la gallega y en la española. Los hijos y nietos de los pescadores son hoy ingenieros o eurodiputados, como Izaskun Bilbao, que en las últimas Xornadas de Pesca de Celeiro y días antes había hecho gala de sus ancestrales vínculos con el mar ante el mismísimo comisario de Pesca en la Eurocámara. Pero pocos han querido seguir la dura tradición familiar. Y hoy, los armadores se las ven para poder completar tripulaciones.

El problema en la cubierta de pesca se ha medio solucionado al haberse abierto la posibilidad de incorporar marineros extranjeros. Pero subsiste el de los mandos. No hay oficiales a pesar de que de las escuelas náuticas salen cada vez más jóvenes titulados. Y aunque el Gobierno ha ampliado las competencias de los titulados para aliviar el problema, no es suficiente para evitar que algún barco haya tenido que quedar amarrado por falta de patrón o maquinista. Ha pasado en Galicia y también en el País Vasco. Allí tienen un plan. Una propuesta que desgranó en las jornadas de Celeiro Miren Garmendia, directora de Opegui, la organización de productores de pesca de bajura de Guipúzcoa. «En lugar de buscar los futuros patrones en los institutos —como están haciendo prácticamente todas las asociaciones de armadores—, ¿por qué no miramos en los propios barcos, en la cantera, como los clubes de fútbol? A fin de cuentas, ¿un barco no es un equipo? Necesitamos gente en el puente y lo que tenemos que hacer es que poner las escaleras para que los de cubierta suban al puente», expuso Garmendia.

Para eso se plantea un plan de acción integral en el que deben involucrarse Administración y sector. Formando «un grupo reducido de expertos de las asociaciones pesqueras, del ámbito educativo y las autoridades autonómicas y estatales para elaborar un programa de formación de equipos para crear una buena cantera».

Es hasta cierto punto lógico, bastante hay que hacer en el puente de un barco, pero no ha habido a bordo una política de gestión de personas. No hay en las casas armadoras un departamento de recursos humanos y equipos de gestión de personal. Y quizá sea hora de formar a los mandos de las embarcaciones en la materia, «de observar si hay potenciales mandos o líderes a bordo para hacer un equipo», a sabiendas de que alguien podría atisbar en su propuesta un «punto de locura».

Ese plan de captación de personal interno en las empresas pesqueras para tener mandos en el futuro debe tener, por supuesto, apoyo e incentivos. Gracias a los coeficientes reductores, los patrones y oficiales se jubilan con «buena salud» y bien pueden continuar como «maestros» de la cantera. También requiere, según Garmendia, un sistema formativo a la carta, tanto online como offline, pero que sea, sobre todo, adecuado a las necesidades.

Los canteranos de la pesca ya conocen el medio y por eso, para que se queden en el club, necesitan «condiciones de trabajo dignas y remuneraciones altas». Y eso lleva asociado planes de gestión pesquera sostenibles, con «posibilidades de pesca estables y a largo plazo», dijo la directora de Opegui en un alegato que sonó a reparto de cuotas de especies como el bonito y la anchoa, las que faltan por repartir.