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La venta de quenlla peligra porque Cites cree que se confunde con otros tiburones

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Subasta en una lonja gallega de quenlla o tintorera, una especie clave para la flota espadera, en buen estado biológico, que podrían impedirle pescar porque Panamá y eurodiputados creen que se puede confundir con otras
Subasta en una lonja gallega de quenlla o tintorera, una especie clave para la flota espadera, en buen estado biológico, que podrían impedirle pescar porque Panamá y eurodiputados creen que se puede confundir con otras XAIME RAMALLAL

Palangreros de superficie tiemblan tras prosperar en una primera votación la propuesta de Panamá, apoyada por la UE

20 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Pinta mal» el resultado de la primera votación en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) sobre la inclusión de la quenlla, también conocida como tintorera o tiburón azul, entre las especies cuya comercialización se restringirá en el mundo. Para el jueves o el viernes está prevista la definitiva, pero la flota palangrera gallega tiembla al temer que prospere la limitación de la venta de esa especie porque puede confundirse con otros tiburones.

Sin importar que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y la Comisión para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat), la organización internacional que gestiona esa pesquería, coincidan con la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA) en que la quenlla «no está amenazada» porque no consta sobreexplotación, Panamá ha conseguido en la Cites el respaldo de la UE y de otros países para condicionar su comercialización, junto a otros 53 tiburones de la familia Carcharhinidae.

Si antes de la votación decisoria no cambia la correlación de fuerzas en la reunión de la Cites en Panamá, donde hay una notoria presión de oenegés, más de un centenar de palangreros de superficie gallegos revivirían el calvario del marrajo dientuso. Ya incluido en el apéndice que limita su venta pese a que su pesca no está prohibida, para introducirlo en los mercados dependen de certificados que expide el Ministerio de Transición Ecológica. Solo en el 2021, las lonjas gallegas vendieron 1,6 millones de kilos de quenlla, casi todos en Vigo.

Limitar el comercio de quenlla no ayuda a proteger otros tiburones, dicen los gestores

e. abuín

Dicen las malas lenguas que Panamá —país al que la Unión Europea ha enseñado una tarjeta amarilla por su condescendencia con la pesca ilegal— ha querido blanquear su mala imagen de pirata al arrancarse con su propuesta de incluir el tiburón azul (Prionace glauca) —comercializado como quenlla o tintorera— en el apéndice dos de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). Estar en ese apartado de la famosa lista de especies protegidas supone introducir importantes trabas a su comercio, algo que los palangreros de superficie gallegos saben bien por la reciente experiencia con el marraxo, que tantos quebraderos de cabeza les ha dado. El argumento que emplean para sugerir incluirlo en ese apartado es su supuesto parecido con otros escualos que sí están amenazados y con los que podría confundirse.

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