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La flota teme que el mar se convierta en un polvorín por las vedas en 87 zonas

S. S. / E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

De capital español, francés o británico, en los caladeros compartidos por la UE y el Reino Unido faenan pesqueros de la flota de Gran Sol
De capital español, francés o británico, en los caladeros compartidos por la UE y el Reino Unido faenan pesqueros de la flota de Gran Sol PEPA LOSADA

Armadores advierten a Pesca del impacto por el desplazamiento de barcos

28 sep 2022 . Actualizado a las 11:58 h.

A doce días del cierre de 87 áreas de la plataforma continental entre el golfo de Cádiz e Irlanda, los pescadores y las autoridades españolas confirman en las cartas náuticas que no solo perjudicarán a la flota de fondo. Cuando expulsen a cientos de barcos de caladeros históricos basándose en el impacto del arrastre y sin datos del de artes fijas como el pincho (palangre), la volanta o los rascos, se desplazarán a zonas donde ahora faenan otras modalidades. Es otra consecuencia que la Comisión Europea no ha tenido en cuenta, pese a que ese daño colateral agravará el veto hasta el punto de que los pescadores temen que el mar se convierta en un polvorín al desatar una pugna por el espacio para largar los aparejos.

Lo recalcaron este martes en la Secretaría General de Pesca dos armadores de Gran Sol de Burela y otros dos de Celeiro. Si no media una decisión política que suspenda el cierre de 16.419 kilómetros cuadrados de aguas de España, Portugal, Francia e Irlanda, los armadores saben que el 9 de octubre deberán salir de ellas

«É como se te botan da casa»

«É como se te botan da túa casa, obrígannos a apilarnos, e a ver como traballamos», comenta Eugenio Regal, patrón y armador de pincheiros de Celeiro que operan en Gran Sol. «Hai que afinar máis a delimitación» para acotar a lo necesario los espacios de donde los echan, añade Marcos Quelle, también patrón y armador de barcos en Celeiro.

A la reunión técnica celebrada en Madrid con Ignacio Gandarias y Aurora de Blas, dos cargos de Pesca, también asistieron Raúl Canoura y Vicente Fustes, patrones y armadores de pincheiros que operan en Burela. Con esos barcos de artes fijos se produce en Gran Sol la «paradoja indeseable» sobre la que advirtió el IEO: pesqueros que no se sabe si pueden dañar los ecosistemas marinos vulnerables que se pretende proteger resultan más perjudicados que los únicos sobre los que sí hay estimaciones, los de artes móviles, como el arrastre. 

Demostrar los perjuicios

Para avalar el recurso judicial contra el veto que está dispuesto a presentar, Pesca concreta con toda la precisión posible cómo incide en cada segmento de flota. Solo así será posible demostrarle a la Comisión que no lo ha tenido en cuenta y, por tanto, que tampoco ha cumplido con su obligación de evaluar cuántas capturas, ingresos y empleos se perderán. Más complicado todavía será medir las consecuencias del desplazamiento de barcos y de su concentración en caladeros donde no hay sitio para todos.

Alicia Villauriz, secretaria general de Pesca, recalcó este martes que España hará cumplir el acto de ejecución y, por tanto, velará porque ningún pesquero de ningún país faene con artes de fondo en las zonas vedadas en aguas nacionales.

Paralelamente se suceden las reacciones políticas. Los eurodiputados del PP Gabriel Mato y Francisco Millán solicitaron ayer que en el pleno de la Eurocámara de la próxima semana se incluya la comparecencia del comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, además de pedir a los servicios jurídicos de la Eurocámara un informe sobre la validez de las 87 vedas.

Y el europarlamentario González Casares, del PSOE, ha preguntado por escrito a la Comisión si al imponer esos cierres ha cumplido las normas que la obligan a estudiar el impacto socioeconómico o el del desplazamiento de la flota a otros caladeros.

Por su parte, la eurodiputada del BNG, Ana Miranda, que ya denunció a la Comisión Europea por mal uso de acto administrativo ante la Valedora do Pobo europeo, sugirió que tras la decisión se ocultan intereses comerciales  «É evidente que hai un interese comercial de botar a frota galega de determinados caladoiros e de continuar cunha política de importacións de peixe de fóra», dice Miranda, pues de otra forma no se explica que Sinkevicius «non quera avaliar o impacto económico».