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El bonito fresco durará más que otros años porque los barcos pescan menos

S. S. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Aunque la flota pesca menos que otros años, no falta el bonito del norte fresco en pescaderías como, por ejemplo, esta de Viveiro, Peixes Grallal
Aunque la flota pesca menos que otros años, no falta el bonito del norte fresco en pescaderías como, por ejemplo, esta de Viveiro, Peixes Grallal XAIME RAMALLAL

No pica como los últimos veranos y la flota faena repartida lejos de Galicia

06 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

No pica como en los últimos años el bonito del norte, bautizado tiempo atrás como el príncipe azul porque es en uno de los pescados azules que reina en verano. Ni para los barcos de cebo vivo, vascos y cántabros, sobre todo; ni para los de cacea o curricán, gallegos y asturianos. Cuando a mediados de junio se adentraron los grandes bancos en el Cantábrico, todo apuntaba a que la costera duraría tan poco como las últimas, cerradas mucho antes de lo que solía ser habitual porque la flota agotaba la cuota española. Por causas que ninguna de las fuentes consultadas aciertan a explicar, el Thunnus alalunga se resiste tanto que hasta ahora solo se han descargado poco más de ocho millones de kilos. Solo porque este viernes aún se podían capturar otros diez millones de kilos, el 55 % del cupo nacional, cuando en los últimos cuatro años por estas fechas comenzaba a escribirse el final de la costera.

Por tanto, queda tiempo, probablemente semanas, para disfrutar del bonito fresco. No falta en las pescaderías, aunque con la oferta se reduce el mercado para las conserveras. Complicado pronosticar hasta cuándo durará, porque depende de un cóctel de factores como la temperatura del agua, la abundancia del alimento por el que cada verano migra en grandes bancos al Cantábrico...

Que hay bonito lo confirman las tripulaciones que cambiaron sus pesquerías habituales para ir a por él. «No mar vese, pero non pica», comenta Miguel Neira, gerente de Armadores de Burela, gestora de la lonja que concentra las ventas en Galicia.

A 500 kilómetros de Galicia

Repartidos en dos grupos, los barcos españoles faenaban este viernes en el golfo de Vizcaya, frente a las costas francesas, y a unos 500 kilómetros en línea recta al norte de A Coruña, demasiado lejos para los barcos pequeños que en los últimos años lo capturaban aprovechando su cercanía a la costa.

Si hasta hace unos días el ritmo de capturas era «moi inferior ao dos últimos anos», mejoró en los últimos días. Lo confirman los datos oficiales. Del lunes al viernes se descargaron en el noroeste español más de un millón de kilos, mientras en las ocho semanas anteriores rozaron los siete millones. Y en las lonjas gallegas, con la burelense sobresaliendo, las ventas hasta este viernes son las cuartas más bajas de lo que va de siglo. Menos de 900.000 kilos, que antes de tasas e impuestos, se pagaron a medias de 4,89 euros, casi un 20 % más que en años precedentes.

Como dice Neira, «non se pode predecir canto durará a costeira, pode cambiar en calquer momento». Aun así, ya es seguro que no cerrará tan prematuramente como las cuatro últimas, que acabaron entre el 16 y el 25 de agosto, mientras en el 2017 y el 2016 remataron en octubre.

La campaña más costosa

Aparte de privar de una fuente de ingresos a varios pesqueros artesanales que participaron en pasadas costeras, a los que están les sale «moito máis costosa, porque caen as capturas cando máis deben navegar para atopar os bancos, e os prezos do combustible duplican os do anterior e triplican os do 2020». Al gerente de Armadores de Burela le transmiten «sensacións que non son boas porque gastan e traballan máis para intentar acadar os resultados dos últimos anos».

Burela lo encumbra hoy, con la degustación de 3.500 kilos en Fiesta de Interés Turístico Nacional 

Más de 600.000 kilos de bonito confirman a Burela como la capital gallega de un túnido que ensalzan y promocionan desde aquellos años en los que más de setenta embarcaciones zarpaban a por él en verano. Aunque este año vuelven a ser cinco los barcos burelenses en la costera, la lonja local se ha consolidado como la capital gallega del bonito porque capta desembarcos de barcos de otros puertos.

Unos 121 millones de euros y más de 33 millones de kilos comercializados desde el 2001 hasta ahora dan idea de cuánto significa el Thunnus alalunga para la sociedad y la economía de esa localidad de A Mariña lucense, sede de un puerto referente de la pesca española y europea.

Por eso los pescadores y los vecinos lo ensalzan y lo promocionan con una de las primeras fiestas gastronómicas de Galicia, la Feira do Bonito. Después de dos años de parón por la pandemia, retorna este fin de semana, cuando celebra la edición 36 y estrena su declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Se esperan multitudes en la degustación de alrededor de 3.500 kilos de bonito que comienza a las dos de la tarde y se prolongará hasta la noche, excepto si se agotan las raciones. Se repartirán a precios asequibles. Nueve euros por la clásica, con trozos de bonito cocido, asado a la parrilla o en empanada, con o sin gluten, y tres euros por la de salpicón. Mañana será el día del marmitako, a cinco euros la ración, solo hasta las seis de la tarde.