Ya hay un modelo para evaluar y preservar los fondos marinos
PESCA Y MARISQUEO

Científicos del IEO y de otros países diseñaron un protocolo que combina novedosas técnicas estadísticas
05 ago 2022 . Actualizado a las 16:17 h.Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), en colaboración con otros expertos de Europa y Canadá, han desarrollado un indicador ecológico que han denominado SoS (Sentinels of the Seabed, Centinelas del Fondo Marino en español) y que combina novedosas técnicas estadísticas para cuantificar el buen estado ambiental y las presiones de los hábitats del fondo, un indicador que se aplicará en toda Europa en el marco de la directiva de las Estrategias Marinas.
Las actividades humanas producen impactos en la estructura y función de los hábitats bentónicos (aquellos formados por especies ligadas al fondo marino: como las algas, las praderas marinas o los corales) que son refugio de una gran biodiversidad, ha informado el IEO. La evaluación y seguimiento del buen estado ambiental de estos hábitats es una obligación recogida en distintas directivas europeas, como la Directiva Hábitats o la Directiva de Estrategias marinas.
Sin embargo, en la práctica es una tarea compleja debido a las dificultades del trabajo en el mar, especialmente a grandes profundidades, lo que complica unificar los métodos de observación, muestreo y análisis. A esto se suma el impacto que han generado actividades humanas como la pesca de arrastre que, debido a su extensión y a su desarrollo durante décadas, complica enormemente encontrar zonas prístinas que permitan establecer condiciones de referencia.
En este contexto, científicos del IEO-CSIC han desarrollado un indicador ecológico que permitirá evaluar el estado ambiental de estos hábitats de una forma rápida y sencilla y que, tras su publicación en la revista Ecological Indicators, se ha declarado de uso común para toda Europa en el marco de la Directiva Marco de las Estrategias Marinas.
El índice SoS utiliza especies características de cada uno de los hábitats bentónicos y que a su vez reúnen una serie de características biológicas que las hacen especialmente sensibles a los impactos humanos, como por ejemplo ser grandes, longevas, frágiles, sésiles o poco móviles y alimentarse por filtración del agua marina.
«Este indicador será una pieza clave en el desarrollo de las Estrategias Marinas, especialmente para el seguimiento de los descriptores de biodiversidad e integridad del lecho marino», explica Alberto Serrano, investigador del IEO en Santander, autor del artículo y responsable del programa Estrategias Marinas en España.
El nuevo indicador ha demostrado ser altamente efectivo evaluando el estado de los hábitats bentónicos bajo distintas presiones, tanto físicas como químicas, y con independencia del sistema usado para muestrear el hábitat o la zona geográfica donde se aplique.
SoS ha sido desarrollado en el marco del convenio internacional OSPAR para la protección de los océanos y ha contado con la colaboración de expertos de España, Reino Unido, Francia y Canadá, lo que ha ayudado a testar su eficacia en distintas zonas geográficas del Atlántico norte.

El sector pesquero de cuatro países se prepara para ir al tribunal contra las vedas que impondrá la Comisión
«Legislar mal a sabiendas de que se causa perjuicios a terceros tiene un nombre: prevaricación». Y otra cosa, no, pero saber que puede provocar daños irreparables a un colectivo, la Comisión Europea (CE) «lo tiene que saber». Más que nada porque así se lo ha advertido el sector pesquero de cuatro países y las autoridades y científicos de varios de los Estados miembros afectados por esas 87 vedas -en un principio eran 94- a la pesca de fondo que pretende imponer para proteger hábitats vulnerables. Iván López, presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA), salió ayer más que decepcionado de la reunión que la Dirección General de Asuntos Marítimos (DG Mare) convocó para —se suponía— escuchar argumentos y recoger datos técnicos que pudieran hacer replantear las áreas protegidas, pero que resultó ser una consulta para la siguiente normativa. Porque la Comisión dio sobradas evidencias de que va a ejecutar las vedas en cuanto acabe la consulta al Reino Unido, a principios de septiembre, aunque en noviembre el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) publicará un nuevo informe con el que se corregirán los posibles errores en las zonas restringidas. Es decir, que «va a publicar una ley para dos meses», siendo consciente, además, de que no dispone de informes de impacto socioeconómico sobre artes de fondo fijas, no móviles. Carece de esos datos porque el propio ICES admite que no hay metodología para conocer cómo impacta el palangre y que llevará años tenerla. Aún así, «sabiendo todo eso», sin escuchar al sector e ignorando la «‘no opinión' del Consejo», Bruselas pretende seguir adelante restringiendo el acceso de las artes de fondo a 87 áreas. Eso no deja mucho más margen que «recurrir a la Justicia europea para protegerse», dice López.