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El besugo aún puede escasear más

S. Ordóñez REDACCIÓN/ LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

De los caladeros de Gran Sol procedía este magnífico besugo, de 4,5 kilos, vendido años atrás por Peixes Grallal, de Viveiro
De los caladeros de Gran Sol procedía este magnífico besugo, de 4,5 kilos, vendido años atrás por Peixes Grallal, de Viveiro XAIME RAMALLAL

Los científicos insisten en recomendar que no se pesque de Fisterra al norte, y al sur aconsejan limitarse a 114.000 kilos

26 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Por su exquisito sabor y la textura de su carne blanca, el besugo es uno de los pescados más apreciados y valorados en Galicia y en gran parte de España. Antes de tasas e impuestos, en las lonjas gallegas se paga a casi 23 euros el kilo. Casi el doble que en el 2010, lo que, por una parte, da idea de cuánto se valora el «ollomol» gallego y, por otra, confirma la ley de la oferta y la demanda. Cuesta más cada año porque, por ejemplo, en el 2021 se vendieron 72.000 kilos, menos de la mitad de los 150.000 del 2015 y poco más que la tercera parte de los 206.000 del 2010. Aún puede escasear más y, por tanto, seguir encareciéndose. Al menos eso apuntan los científicos que, por sexto año consecutivo, insisten en recomendar que no se pesque de Fisterra hacia el norte, y hacia el sur proponen otro recorte y limitarse a 114.000 kilos.

Por suerte para los consumidores, hasta ahora las autoridades comunitarias han optado por concederles cierto margen de maniobra a los pescadores. Al norte de Fisterra, ni los de litoral ni los de Gran Sol pueden capturar besugo aposta, solo les permiten quedarse con los que acaben accidentalmente atrapados en sus anzuelos o redes. Datos oficiales del Ministerio de Pesca indican que hasta ahora ya han descargado casi la mitad de los 81.854 kilos asignados a España.

13 millones de kilos en 1976

El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés), asesor científico de la Comisión Europea, concluye que las poblaciones de besugos siguen descendiendo porque «rara vez» aparece en las prospecciones con arrastre de fondo. Si hasta los años noventa del siglo pasado barcos británicos, españoles y franceses descargaban anualmente más de 400.000 kilos, la flota nacional y la gala capturaron el año pasado 99.000. Una cantidad ínfima comparada con los 13 millones de kilos registrados en 1976.

A los años ochenta remontan los científicos la caída de capturas que «demuestra el agotamiento» de la biomasa. Ahora optan por el «principio de precaución» y para el próximo año y el siguiente aconsejan «cero capturas» de Fisterra a Gran Sol, incluido el golfo de Vizcaya.

Un 4 % menos hacia el sur

De Fisterra al sur, en aguas ibéricas, la flota española puede pescar hasta 93.000 kilos este año, pero en seis meses solo ha capturado un 4 %. Ahí el ICES recomienda un máximo de 114.000 kilos para las flotas española y portuguesa. También aplica el principio de precaución porque la «estructura del stock aún es incierta». La evaluación se basa en la abundancia en el Estrecho de Gibraltar, donde el besugo podría ser genéticamente diferente al del norte de la península, además de que los marcajes «sugieren» que sus movimientos de ahí al norte serían «limitados».

Hasta el 2014 proponían pescar hasta 500.000 kilos de besugo anuales en aguas atlánticas ibéricas. Al año siguiente lo recortaron un 36 %, hasta 115.000, elevándolo en el 2019 y 2020 a 149.000 y reduciéndolo después a 119.000. Según el ICES, en el 2020 en la zona española se capturaron 16.000 kilos, el suelo de una caída que comenzó en el 2011, cuando sumaron 259.000 kilos, pero el año anterior habían sido 379.000 y en el 2009, 594.000.

Hermafrodita, se hace hembra con los años, pero los aficionados capturan juveniles

Suele medir entre 20 y 40 centímetros y puede pesar más de 5 kilos el Pagellus bogaraveo. Igual que el pargo, la dorada, el sargo o el dentón, el besugo es hermafrodita, macho en su juventud que se hace hembra «al pasar varios años». De cuánto importa dejarlo crecer para que se reproduzca deja constancia el ICES cuando recuerda que en el 2014 recomendó un plan de recuperación que «debe incluir la protección de áreas donde se encuentran los juveniles». Por lo que dicen los científicos, un aspecto a tener en cuenta sería «la pesca recreativa, que puede constituir una proporción significativa de la mortalidad de los juveniles».