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Zarpan los primeros boniteros de Burela tras acabar las fiestas

Somos Mar BURELA / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Tripulantes del Gabriela y María, este miércoles, preparando las varas que desplegará el barco en el mar para colgar los sedales con anzuelos que empleará para capturar bonito del norte
Tripulantes del Gabriela y María, este miércoles, preparando las varas que desplegará el barco en el mar para colgar los sedales con anzuelos que empleará para capturar bonito del norte Xaime Ramallal

Cuentan los días en la lonja local para empezar a subastar el delicioso túnido fresco que esperan los consumidores

09 jun 2022 . Actualizado a las 04:47 h.

Burela sigue anticipando sus fiestas como antaño, para que las pudiesen disfrutar los más de mil vecinos que a principios de junio embarcaban en un centenar de pesqueros rumbo a las Azores, en busca del bonito del norte. Acabaron los festejos, pasó el «martes, non te cases nin te embarques», y este miércoles zarpó del puerto burelense el Ramón Estefanía, un palangrero de superficie de casi 23 metros de eslora que cambia su pesquería habitual para capturar Thunnus alalunga uno a uno, con anzuelo, a la cacea o curricán. Es uno de los cinco que saldrán de Burela, en cuya lonja cuentan los días para empezar a vender fresco el delicioso túnido que ansían saborear miles de consumidores.

Mientras el Ramón Estefanía soltaba amarras, en el muelle la tripulación del Gabriela y María montaba las varas que despliegan desde los costados del barco con sedales y anzuelos. Y en los varaderos se preparaban otros dos que volverán a por bonito, el Espadín Dous y el Cruz de Cristo. A los burelenses se suman cuatro del vecino puerto de Celeiro (Viveiro) y barcos de bajura de A Mariña permanecen a la expectativa, pendientes de si ese pez azul se adentra en el Cantábrico acercándose a la costa, como en las últimas campañas.

Siete días después de que el barco de Cedeira Siempre Peco vendiese en Avilés los primeros bonitos en el noroeste español, en las lonjas gallegas los esperan. La de Armadores de Burela es el referente, como lo prueba que el pasado verano comercializase seis de cada diez alijados en Galicia: el 60 % de los 1,88 millones de kilos y el 60 % de los 7,5 millones facturados. Tras la burelense, A Coruña, con el 27 %, seguida de la también coruñesa de Cedeira y de la celeirense.

Imposible pronosticar hasta cuándo durarán las 17.890 toneladas de atún blanco que puede capturar este año la flota española. Son casi 500 más que el año pasado, cuando la costera fue la más breve de la historia al concluir el 16 de agosto. Mes y medio antes de lo que solía ser habitual hasta el 2015, cuando no había tope de capturas para ese gran migrador. Aunque abunda, la Unión Europea no ha peleado por más cuota en el organismo internacional que gestiona la pesquería, el Instituto Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, por sus siglas en inglés).