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La Comisión Europea deja en manos del Estado proteger a la pesca de la eólica marina

S. Serantes REDACCIÓN/ LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Imagen de archivo de un parque eólico marino
Imagen de archivo de un parque eólico marino

El eurocomisario de Pesca subraya que el Gobierno debe consultar al sector y velar por la «equidad»

20 jun 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

Acostumbrados a faenar contra viento y marea, los pescadores procuran ponerle proa al temporal o capearlo. Sin temer al mar ni al viento, los respetan porque conviven con ellos. No creen compatible con su «esencial» papel de proveedores de alimentos convivir con la eólica marina si le afecta a los caladeros. Comparten la conveniencia de buscar alternativas a las energías fósiles, pero apelan a las autoridades reclamando protección para la pesca y los ecosistemas. Si pensaron en algún momento en recurrir a la Comisión Europea, el eurocomisario Virginijus Sinkevicius, titular de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, acaba de dejar claro que deben defenderse ante el Gobierno español.

Por ejemplo, ante el Ministerio de Transición Ecológica, que sigue con el Plan de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), el de interacciones con otros usos del mar, ese que trae de cabeza al sector porque, en su opinión, alienta parques eólicos, como los tres programados frente al golfo Ártabro, Ortegal y A Mariña, que consideran perjudiciales para la pesca y el medio ambiente. Ahora, hasta el 22 de junio, también tienen la oportunidad de responder a las once preguntas que plantea ese ministerio en la «consulta pública previa sobre el marco normativo para el desarrollo de las instalaciones eólicas marinas y de las energías del mar».

«La Comisión no tiene la competencia para evaluar la equidad de los planes marítimos con respecto a los pescadores», afirma Sinkevicius en una respuesta al eurodiputado español Millán Mon. Sostiene que le corresponde al Gobierno de Pedro Sánchez, que «debe garantizar la consulta con las partes interesadas pertinentes (incluidos pescadores, mariscadores y piscicultores)», lo que no equivale a tener en cuenta sus alegaciones.

Millán Mon interpeló a la Comisión porque quería saber si considera que el POEM español «garantiza efectivamente una inclusión justa de la pesca y la continuidad sostenible de sus actividades y —si— también refleja equitativamente los intereses legítimos de los pescadores, mariscadores y acuicultores».

El eurocomisario de Pesca se remite a la directiva comunitaria del 2014 que fija el marco para decidir los usos de los espacios marítimos, asegurando que esa norma deja en manos de los distintos gobiernos de la UE «determinar cómo se reflejan y ponderan» en sus respectivos territorios.

«Potencial conflicto»

El eurodiputado popular español invocaba la resolución de la Eurocámara que, tras analizar el «solapamiento de las energías renovables marinas y la pesca, sugiere un fuerte incremento del potencial de conflicto» por el espacio en ciertas zonas costeras. «Con el fin de reducir y evitar los conflictos», los eurodiputados incidían en «la necesidad» de consultar a las partes interesadas «en lo que se refiere tanto a la ubicación como a la disposición» de la eólica marina.

Por lo que sabe la Comisión sobre el POEM español, le consta que estuvo consulta pública el pasado verano, del 8 de julio al 8 de septiembre. Sinkevicius añade que siguen «de cerca el progreso» del documento que elabora el Ministerio de Transición Ecológica, dispuesto a adoptar las medidas apropiadas, si es necesario mediante procedimiento de infracción» por no presentarlo.

El sector pide respaldo porque alimentarse «es tan esencial» como generar electricidad

Desde Bretaña al estrecho de Gibraltar, incluyendo Madeira, Azores y Canarias, se extiende el área de uno de órganos de asesoramiento de la UE, el Consejo Consultivo (CC) Sur, integrado por representantes del sector y de la sociedad civil de España, Portugal, Francia, Bélgica y Países Bajos. Por la preocupación que genera la eólica marina, le dedicaron su último dictamen. «Unánimemente» acordaron solicitar a la Comisión y, expresamente, a Sinkevicius, «que se reconozca que los parques eólicos tienen consecuencias directas y nefastas» en la pesca y, por tanto, los instan a adoptar «las medidas apropiadas para garantizar que no se sustituya» por las energías renovables.

Ambas «son importantes y necesarias para la economía europea», subrayan, por lo cual recomiendan a la UE una evaluación de la situación medioambiental y socioeconómica para adaptarse al cambio climático y promover las energías alternativas, pero «de un modo que no comprometa la producción de alimentos».

Preservar los caladeros

El CCSur reivindica a la pesca «como esencial y estratégica para la UE» y, pese a que los pescadores «deben ser considerados y reconocidos como custodios del mar», echan en falta que no los hagan «plenamente partícipes» en la implantación de la eólica marina. No se oponen a ella, subrayan, pero reclaman que se tengan en cuenta sus opiniones y de ningún modo la aceptan en los caladeros. Dirigiéndose a los Gobiernos de los Veintisiete, ese consejo consultivo les solicita que cuando impulsen la eólica procuren «garantizar el mantenimiento del tejido social, económico y cultural pesquero».

Paralelamente, demanda que antes de exponer en consulta pública los planes de ordenación marítima, los Estado miembros realicen y compartan con la sociedad los estudios de su incidencia ambiental y económica. Si la UE financia parques eólicos en mar, proponen que se condicionen al posible «impacto negativo» sobre el sector pesquero.

El CCSur también reclama que, antes de planificar los usos marinos, Estado como el español protejan los caladeros históricos y tradicionales de los aerogeneradores. Alertan de que la pesca artesanal y de litoral «puede sufrir las peores consecuencias, tanto por la eólica como por la evacuación eléctrica por cable a la costa», pero, porque dependen de la flota, también repercutiría en los conserveros, los mariscadores o las lonjas, entre otros sectores.

No de la flota gallega al parque de Nordés

BlueFloat Energy y Sener, promotores del parque eólico Nordés, han lanzado una campaña en internet y redes sociales en defensa de su proyecto, «de gran impacto sobre el crecimiento económico y el empleo, pudiendo generar unos 6.000 puestos de trabajo directos durante las fases de construcción y desmantelamiento», de los cuales «unos 2.000 podrían generarse en Galicia», además de «unos 100 empleos al año durante los 30 años de vida útil» del parque.

Aseguran que su localización, «a más de 30 kilómetros de la costa, minimiza la afección a los caladeros y respeta las zonas de mayor densidad pesquera, que están en torno a los puertos de A Coruña y Ferrol». Los representantes del sector discrepan y, constatando que le afecta a caladeros, lo rechazaron rotundamente en la última reunión del Observatorio da Eólica Mariña.