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Galicia renunciará a su pulpo fresco seis semanas

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

A 9 euros el kilo, sin tasas ni impuestos, se pagan en lonja genuinos pulpos gallegos como estos que muestra una pescadera de Noia (foto de archivo)
A 9 euros el kilo, sin tasas ni impuestos, se pagan en lonja genuinos pulpos gallegos como estos que muestra una pescadera de Noia (foto de archivo) CARMELA QUEIJEIRO

La veda comenzará el 20 de mayo y rematará el 4 de julio

26 abr 2022 . Actualizado a las 04:50 h.

Ni las cuatro semanas a las que se atribuyó parte del descalabro en el peor año del siglo en desembarcos, ni las nueve que el año pasado contribuyeron a recuperar uno de los iconos de la gastronomía gallega. Seis semanas durará este año la veda del pulpo en Galicia. Se despedirá de ese cefalópodo fresco durante el mes y medio que va del 20 de mayo al 4 de julio, el tiempo que le concede la Consellería do Mar para reproducirse y crecer.

Otra vez más, al departamento autonómico que preside Rosa Quintana no le ha quedado más remedio que terciar en las diferencias entre las cofradías de pescadores. Tras consultarlas, las federaciones provinciales acudieron a la última reunión de la Comisión do Polbo con dos propuestas para la veda: ocho semanas y las seis que finalmente «se consensuaron», aseguran fuentes de la consellería.

Queda el de importación

Durante este tiempo, nadie, ni profesionales ni recreativos, podrá pescar ni un solo pulpo en Galicia. El fresco desaparecerá de las plazas y de los restaurantes, donde se mantendrá la opción del congelado. Eso para el gallego, que según los investigadores del proyecto Cephs & Chefs representa alrededor de la cuarta parte del que se consume en España. El resto, el que permite dar abasto a la elevada e imparable demanda, procede de Marruecos, Mauritania o Portugal.

Más y mejor pagado

Las nueve semanas de veda del año pasado han permitido superar la nefasta campaña anterior. Desde julio del 2021 hasta la semana pasada se comercializaron en las lonjas gallegas más de 1,9 millones de kilos, por los que en primera venta se ingresaron casi 18 millones de euros, a razón de 9,16 euros el kilo. Más del doble que en la precedente, cuando las descargas no llegaron a 0,9 millones de kilos y la facturación se quedó en 7 millones, a un promedio de 8,28 euros el kilo. Que la actual ha sido la mejor de las tres últimas lo confirma que entre julio del 2019 y finales de abril del 2020 se vendieron 1,8 millones de kilos, por 13,2 millones de euros, a 7,29 de media.