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El silencio de la pesca

José Pino CAPITÁN DE PESCA

PESCA Y MARISQUEO

08 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuesta trabajo creerse la subida diaria del precio del gasoil y que desamarremos cabos con la incredulidad de quien aún no se ha lavado la cara y al que las legañas no le dejan ver. O lo que es peor: creemos que es un error. A ritmo de casi diez céntimos diarios de alza, en la última semana el incremento es igual al precio máximo que se pagaba por el litro el año de la pandemia: 35 céntimos. A un coste de un euro el litro, el trabajo de ciertas flotas es inviable. En el caso del arrastre, es como si de un plumazo hubiese perdido las bonificaciones que tanto criticaban las cabezas pensantes europeas. Se ha pasado de un peligroso peso del 40 % del gasoil en el total de la facturación de un barco, a un insoportable nivel de dos tercios de la economía productiva de un pesquero. Y con una gran diferencia respecto a otros escalones de la cadena alimenticia: el sector primario no puede repercutir en sus productos la subida de la carestía de la vida. El ama de casa pagará más caro el pescado cada día, mientras que los barcos seguirán en lonja con sus precios de sota, caballo y rey. No hay más cartas en la baraja.

El campo, el transporte y la pesca fuimos imprescindibles para alimentar la población con un país entero en su casa. Estuvimos operativos del primero al último día. Lo que no se concibe es que, bajo una situación bélica en Europa, nuestro Gobierno vuelva a demostrar una tremenda falta de reflejos para anticiparse a una situación ruinosa. España no puede permitirse el lujo de que paren camiones, barcos y granjas. Debe actuar con antelación. No podemos esperar a que rompa la ola para ver la espuma: congelen los impuestos de los hidrocarburos a quien depende del uso de los mismos para su actividad, pongan el litro de gasoil en un tope aceptable para la no paralización del tejido industrial, lo contrario es abocar a la población a una crisis mayor. No se pueden repetir los errores que llevaron a la huelga en el 2008, donde con el gasoil a 0,75 euros el litro se paralizaron lonjas y la ausencia de género en pescaderías fue mas que significativa. Aquello fue por la guerra de Irak y ahora es por una guerra a las puertas de casa. O se ofrecen soluciones o no nos va hacer falta mirar para el este.