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Lara Álvarez: «Nunca he tenido una jefa. Hacen falta más mujeres en ingenierías»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

M.MORALEJO

La viguesa está al frente del departamento de calidad y posventa en Marine Instruments, empresa de Nigrán líder mundial en la fabricación de boyas satelitarias para la pesca

05 mar 2022 . Actualizado a las 22:06 h.

«Puedes saberlo todo técnicamente pero como no sepas que fulanito tiene un mal día, y no va a hacer lo que tiene que hacer, no llegas a ninguna parte». Lara Álvarez (Vigo, 1985) asegura que le llevó tiempo aprender esta lección que, a día de hoy, le resulta imprescindible en su puesto como responsable de calidad y posventa en Marine Instruments, una empresa con más de 150 trabajadores y más de 40 millones de facturación anual.

En su cabeza está el conocimiento técnico que le permite saber cómo funcionan los componentes de los productos que comercializa Marine Instruments en más de 30 países. Pero eso no basta, tiene que saber cómo resolver problemas que cada día le plantean los clientes y cómo dar respuesta dentro de la propia organización. «A un asiático no le puedes decir no. Su cultura puede hacer que se inventen algo para no reconocer que no saben de lo que le hablas. Tienes que saber esto. La principal barrera no es idiomática, es cultural». Esta lección no se aprende en ningún curso o facultad, es fruto de una gestión basada en las personas y en el trabajo en equipo. «Tiramos de compañeros asiáticos que nos ayudan a hacer de nexo de unión y a superar esta parte cultural». Una colaboración constante entre departamentos que permite que cualquier incidencia relacionada con los productos que comercializa Marine Instruments tenga una respuesta rápida. «Nunca puedes tener el conocimiento absoluto desde el punto de vista técnico, pero tienes que saber entender lo que te transmiten los compañeros. La respuesta te la van a dar las personas». Asegura que el sector tecnológico tiene que tener muy claro que con saber de matemáticas y física «no llega». «Los ingenieros estamos acostumbrados a que uno más uno es dos, pero si no sabes sacar partido a la organización, te quedas en el 10 % de tus capacidades».

Las soft skills —habilidades blandas— ganan protagonismo más rápido que las mujeres en las organizaciones tecnológicas. «Las habilidades interpersonales tienen más que ver con las personas que con el género, pero necesitamos más mujeres en el ámbito de la ingeniería. A nivel dirección casi no hay mujeres en este sector. Yo nunca he tenido una jefa por encima, solo hombres, y estoy convencida de que sería enriquecedor». Es una cuestión de números, las mujeres siguen siendo minoría en las universidades. Según un reciente estudio oficial del Gobierno, cada año disminuye el porcentaje de alumnas que cursan carreras de matemáticas, informática o tecnología. No es su caso, la vocación fue más fuerte que la presión social, en los estudios y en la vida laboral. A día de hoy, Álvarez domina el abismo que media entre el medio marino y los satélites, aunque confiesa cierta debilidad. «Reparo muebles y me arreglo la pantalla de móvil pero reconozco que no se me da bien la electricidad».

La guerra tecnológica

De la nave ubicada en Nigrán salen los dispositivos de pesca y acuicultura más sofisticados para países como Ecuador, Japón, Nueva Zelanda o Islandia, pasando por Rusia. Una de las prioridades estos días es analizar cómo va a influir en la producción la invasión de Ucrania. «A nivel clientes es anecdótico pero sí va a tener efectos en lo que tiene que ver con los componentes, por ejemplo con ciertos tipos de minería o el acero. Tarde o temprano nos va a afectar». De momento, han logrado ir capeando la crisis de los microchips causada por el covid, pero esta nueva tormenta tendrá consecuencias difíciles de predecir para el sector tecnológico.

Marine Instruments es líder mundial en la fabricación de boyas satelitarias para la pesca de atún. La firma gallega ha sacado al mercado la primera boya satelital con inteligencia artificial, para detectar atunes: filtra los datos y ayuda a tomar decisiones. Una inversión tecnológica que también lo es en ecología, reduciendo los desplazamientos innecesarios de los buques y el coste en combustible. Pero también boyas con radiofrecuencia para los palangreros o drones para la pesca de atún. «Estamos desarrollando también drones de vigilancia para Defensa y vehículos submarinos no tripulados. El conocimiento que tenemos de gestión de datos da oportunidades de entrar en estos otros ámbitos», explica. Otra de las líneas de negocio es la acuicultura, en las zonas ecuatoriales, con dispositivos que alimentan a los camarones con más precisión y menos desperdicio. «El objetivo es conseguir un uso sostenible de los recursos marinos».

A pesar de su destreza en el complejo sector de la pesca, Lara Álvarez recayó en él por causalidad, tras pasar por el Grupo PSA, ahora Stellantis, y después de trabajar en la firma CIE Galfor, dedicada a la fabricación de piezas de acero forjadas para el sector de la automoción. «Nunca pensé que pudiera trabajar en este ámbito, conlleva muchos retos y te permite evolucionar». Ella se mueve en él como pez en el agua.

Su canción favorita

«Ain´t got no», de Nina Simone. «Esta canción me gusta porque me recuerda que todos tenemos momentos difíciles en los que es útil recordar los valores que tú tienes. Este tema ayuda a centrarse en lo importante, dejar de pensar en lo que te falta, centrarte en lo que sí tienes, y aprovecharlo».