Galicia perdería flota, empleo y riqueza si se encarece el gasoil pesquero

La alarma mundial por la última variante del covid-19 y las limitaciones de movilidad han llevado a la Organización Mundial del Comercio (OMC) a suspender la conferencia de Ginebra. Traía en jaque a la flota pesquera porque podría acabar con la exenciones fiscales a los carburantes, aunque al mismo tiempo abría la puerta a mantenerlas si la pesca es sostenible. Se aplaza esa decisión pero sigue sobre la mesa la de la Unión Europea (UE), que dentro de su estrategia Fit for 55, de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, podría gravar con un 14 % los carburantes de la flota. Porque «poría en risco a rendibilidade e o futuro do sector pesqueiro galego», la Consellería do Mar acreditó este martes en Bruselas el impacto del encarecimiento de los carburantes con informes del Grupo de Investigación en Economía Pesqueira y el Biogrup, ambos de la Universidade de Santiago (USC), así como otro de la Fundación MarInnLeg. Concluyen que si la UE encarece el combustible, provocaría el «abandono da actividade por parte de moitos armadores, a perda de frota e a conseguinte destrución de emprego e riqueza».

Otras consecuencias serían «o desenvolvemento en pesqueiras máis próximas á costa ou a redución da velocidade, o que alongaría o tempo de chegada a porto e reduciría a frescura do peixe e o seu valor». Así lo señalan desde Mar en un comunicado donde dan cuenta de que Rosa Quintana, titular de ese departamento, le entregó este martes los documentos a Charlina Vitcheva, directora general de Asuntos Marítimos y Pesca (DG MARE) en la Comisión Europea, así como a representantes de la direcciones comunitarias de Fiscalidad y Unidad Aduanera (DG Taxud) y de Competencia (DG Competition).

Que el pescado subirá y la flota se arruinará sin gasoil bonificado lo han repetido desde el propio sector, un discurso compartido por la Xunta, ahora con cifras. El informe de Investigación en Economía Pesqueira analiza la repercusión en nueve segmentos de la flota gallega: bajura, litoral (palangre, cerco y otros), altura (arrastre, palangre y otros) y gran altura (arrastre y palangre). Dibuja tres escenarios: uno con la subida del 14 % que prevé la UE a partir del 2023, otro con el gasoil para la flota al mismo precio para el transporte por carretera y uno más con el coste máximo de los últimos años.

Así repercutiría en las distintas flotas

El carburante representa el segundo mayor coste de explotación, por detrás de los salarios. Según el informe elaborado por encargo de Mar, en los barcos de artes menores roza el 20 % de los gastos del pescador y en el arrastre de altura se acerca al 44 %, resultando una media del 30 % en el conjunto del sector. Citando un análisis de N. Carvalho y J. Guillén en barcos de la UE, el margen de beneficios operativos de la flota de artes menores con las bonificaciones es del 11,8 %, pero sin ellas se reduciría al 6,6 %; en la de altura el 13 % actual generaría pérdidas del 5,4 % y en la de gran altura del 4,9 % se pasaría a un menos 15,5 %.

Centrándose en los pesqueros gallegos, todos verían reducidos sus actuales beneficios brutos, pero con el 14 % de incremento que plantea la UE solo entrarían en pérdidas los palangreros de altura. Sin ninguna bonificación fiscal, pagando el gasoil al mismo precio que cualquier automovilista, perderían dinero los barcos de litoral distintos al palangre y al cerco, especialmente los arrastreros, así como los arrastreros y los palangreros de altura y gran altura, «que entrarían en perdas estruturais».

En defensa de la flota gallega, desde Mar ponen el foco «necesidade de que a regulación sobre a fiscalidade dos combustibles teña en conta a finalidade para que son empregados». Y, en ese sentido, los pescadores son proveedores de alimentos «altamente nutritivos e cunha das máis baixas pegadas de carbono para a súa obtención».

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