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Medir 38.000 peces revela avances en la selectividad del arrastre de litoral

S. S. BURELA / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

A la izquierda, Julio Valeiras, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo, quien expuso este martes en Burela los resultados de la campaña experimental a bordo del Plaia de Rueta, promovida por la Organización de Productores Pesqueros de Lugo, cuyo gerente es Sergio López (a la derecha)
A la izquierda, Julio Valeiras, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo, quien expuso este martes en Burela los resultados de la campaña experimental a bordo del Plaia de Rueta, promovida por la Organización de Productores Pesqueros de Lugo, cuyo gerente es Sergio López (a la derecha) Pepa Losada

El IEO probó un aparejo experimental a bordo de un pesquero de Burela

17 nov 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

«Sin depender de la pesca ni ellos ni sus familias», miembros de oenegés «demonizan» a los arrastreros de fondo «con informaciones falsas que generan confusión en los ciudadanos y las instituciones», lamentaba Javier Garat, secretario general de Cepesca. Que ese y la mayoría de artes pesqueros no son malos si se utilizan bien lo demuestra una investigación del Instituto Español de Oceanografía (IEO) sobre el arrastre de litoral en Galicia y el Cantábrico. Ahí lo usan poco más de sesenta barcos, la mitad que quince años atrás. Menos buques, pero algo más selectivos. Al menos eso revela un estudio «en condiciones reales» a bordo del pesquero burelense Plaia de Rueta, durante tres semanas del pasado julio. Dos observadores midieron casi 38.000 peces de 14 especies, comprobando que los copos con mallas romboidales de 70 milímetros mejoran la selectividad porque atrapan ejemplares de talla comercial.

«Información nueva y actualizada del arrastre de fondo con puertas en este caladero: la evidencia científica» para que España pueda defender en la Unión Europea (UE) los intereses de esa flota, explicó Julio Valeiras, del Centro Oceanográfico de Vigo (IEO) y coordinador del proyecto SelectLugo, cofinanciado por la UE y promovido por la Organización de Productores Pesqueros (OPP 7) de Lugo.

Armadores, técnicos y científicos diseñaron un aparejo especial y lo probaron en una baka (arrastrero que faena solo), si bien otros lo hacen en pareja. Pescan lanzando la red con dos piezas metálicas que abren sendas alas acabada en un copo, el saco donde quedan los peces tras arrastrarla por el fondo. Usaron mallas de 70 milímetros, habituales en las bakas, y de 55, empleadas por las parejas. Sobre cada una de ellas colocaron uno más tupido, de 35 milímetros, para poder ver qué especies y tallas logran escapar de los autorizados.

La obligación de desembarque

Y eso investigaron. Primero, porque la UE llegó a plantear una malla de 100 milímetros en el Cantábrico Noroeste. Y, sobre todo, por el veto total a los descartes en la UE, el que impide devolver al mar cualquier pescado con cuota. El arrastre captura distintas especies. Si no son de talla comercial o el barco carece de cupo, se descuentan de sus posibilidades de pesca e incluso podría forzar su amarre. De ahí la relevancia de SelectLugo, sus datos pueden convencer a los políticos para admitir ciertas exenciones en la obligación de desembarque. Ese era el hilo conductor de la jornada de trabajo organizada por la OPP de Lugo y celebrada este martes en la sede de Armadores de Burela. A armadores y gestores les expuso Julio Valeiras datos importantes para «no aplicar recetas de otros lugares». La flota no puede elegir qué peces captura, pero sí intentar que sean de talla comercial.

A eso se aferra el arrastre de fondo, atacado por oenegés y por políticos espoleados por conservacionistas. Serían más concluyentes los resultados si la campaña experimental se repitiese en otras épocas del año. A bordo del Plaia de Rueta, se hizo frente a la costa asturiana y cántabra, con copos nuevos y, por tanto, sin ese uso que puede elevar su apertura entre 2 y 7 milímetros.

Fracasa con la merluza

La talla mínima del jurel son 15 centímetros, y los capturados con malla de 55 medían 19,2 y con la de 70, 21,1. Escaseaba la xarda, por lo cual solo consideran válidas las capturas con copo de 70, piezas de 27,7 centímetros. No hay tamaño mínimo para el lirio o la bacaladilla: con la malla de 70 pescaron ejemplares de 27,2 centímetros y de 22,9 con la de 55. Gallos o rapantes deben medir al menos 20 centímetros; con el copo de 70 iban de 18,7 a 21,6, y con el de 55, de 14,8 a 17.

El arrastre de fondo fracasa en selectividad con la merluza, cuyo tamaño mínimo son 27 centímetros, pero el promedio de las pescadas con la malla de 70 se quedó en 23,1 y con la de 55, en 13,5. Muchos más cabezón es el rape, y los ejemplares capturados medía 11,7 centímetros de media.